Si después de una sesión de sexo, terminas tan exhausto que decides NO hacer ejercicio ese día, entonces eres de los que cree que tener sexo equivale a hacer ejercicio, aquí te tenemos la respuesta.
Debido al desgaste físico que se realiza en el acto sexual, muchos consideran que el sexo bien podría ser contemplado como un ejercicio.
Y no están tan mal, ya que es una actividad aeróbica, debido a que implica el movimiento de varios músculos y dependiendo de la intensidad que se le ponga se pueden quemar entre 50 y 100 calorías.
Sin embargo, el sexo no se contempla un ejercicio como tal, ya que está más ligado al placer.
La ciencia lo explica
Un artículo publicado en la Harvard Health Publishing planteó que después de cierta edad, los hombres comienzan a preguntarse si el sexo es una buena forma de hacer ejercicio, o si es demasiado extenuante para el corazón.
Los investigadores evaluaron a 19 hombres con una edad promedio de 55 años para revisar los efectos cardiovasculares de la actividad sexual.
Para este estudio, los voluntarios fueron monitoreados ejercitándose en la caminadora y durante el sexo. Se tomaron lecturas de frecuencia cardíaca y la presión arterial.
El resultado fue decepcionante, ya que los hombres manifestaron que la caminadora había sido más extenuante.
Debemos destacar que, en este estudio, de los 19 voluntarios que participaron el 75% de ellos estaban casados; el 70% tiene alguna enfermedad cardiovascular y el 53% consume bloqueadores beta (medicamentos que trabajan principalmente en el corazón y los vasos sanguíneos para reducir la presión arterial y la cantidad de trabajo que realiza el corazón).
De acuerdo con los resultados, que se contemplaron dentro de una escala de intensidad de 1 a 5, siendo 5 la más alta, los hombres calificaron la caminadora con un 4.6; mientras que el sexo solo obtuvo un 2.7.
También participaron mujeres en este estudio, pero en menor medida, y al igual que los hombres, los resultados mostraron que el sexo fue aún menos extenuante en términos de frecuencia cardíaca, presión arterial e intensidad percibida del esfuerzo.
Tal parece que los hombres gastan más energía pensando y hablando de sexo que en el acto mismo, ya que la frecuencia cardíaca durante los encuentros sexuales raramente superó los 130 latidos por minuto.
El estudio concluye que, si un hombre puede subir dos o tres tramos de escaleras sin dificultad, debe estar en forma para el sexo. Ya quedó tener sexo no equivale a hacer ejercicio, así que a ponerse en forma.