Las vacunas contra la COVID-19, 13 de ellas en fase tres y varias listas para su utilización en las próximas semanas en diversos países, significan excelentes noticias; sin embargo, una vez aplicadas a la población mexicana, en lo inmediato no disminuirán el riesgo de contagio, toda vez que su efecto será visible cuando se haya vacunado a 80 millones de personas, aseguraron especialistas de la UNAM.
“Empezar el programa de vacunación en las próximas semanas no implica una disminución del riesgo; lo va a disminuir más allá del primer semestre de 2021, si se mantiene un paso de vacunación muy intenso”, afirmó Samuel Ponce de León Rosales, coordinador de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus y titular del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS) de la UNAM.
Precisó que el efecto de la vacunación se dará a partir de que el 60% de la población esté vacunada y se hayan aplicado las dosis completas.
Ponce de León consideró positivo contar con las vacunas; no obstante, es necesario mantener el uso de cubrebocas, higiene de manos, estornudo de etiqueta, guardarse en casa y evitar reuniones numerosas, incluso en Navidad y Año Nuevo.
En conferencia virtual de medios, María de Lourdes García, subdirectora de Prevención y Vigilancia en Enfermedades Infecciosas en el Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), dijo que pareciera que las vacunas contra el COVID-19 son la herramienta que nos va a sacar de esta crisis sanitaria, pero eso es esperar demasiado.
“La vacuna que aprobó la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuya eficacia se estima de 70 a 80%, es positiva; sin embargo, si se vacuna solamente del cinco al 15% de la población, la protección se focaliza” alertó.
No habrá vacunas para todos en lo inmediato
Y aclaró: “no otorga la llamada inmunidad de rebaño que nos permitiría olvidarnos del lavado de manos, del cubrebocas y de la sana distancia. Durante los siguientes dos años, por lo menos, son medidas que no debemos olvidar. La vacuna no quiere decir que mañana me puedo ir a una fiesta o a celebrar la Navidad con mi familia”.
A su vez, Mauricio Rodríguez, académico de la Facultad de Medicina (FM) y vocero de dicha comisión, recordó que en la vacunación inicial habrá grupos prioritarios, como personal de salud cercano a pacientes, mayores de 70 años, personas con un riesgo particular (como diabetes, obesidad e hipertensión), y elementos de seguridad (integrantes del Ejército, policías, expertos en seguridad civil en riesgos).
“La vacuna va a estar, hasta cierto punto, limitada en cuanto a la disponibilidad; la información clínica que se vaya recabando se irá ampliando y con eso irán cambiando las modificaciones de uso”, destacó.
Detalló que en el mundo hay alrededor de 170 proyectos de investigación que buscan obtener una vacuna. De ellos, entre 69 y 70 de ellos registran avance; 13 proyectos en fase tres, y siete vacunas que tienen autorización para uso de emergencia. “Cada uno tiene una plataforma biotecnológica específica y características distintivas y casi todas tienen un esquema de dos dosis”.
Ponce de León dijo que en medio del desastre actual del COVID-19, cuando los casos se mantienen y aumentan en el país, las vacunas se presentan como una posibilidad real y factible de tener un impacto sobre la evolución de la pandemia en el mediano plazo.