La tasa de infertilidad está aumentando en el mundo y puede estar asociada a la cantidad y frecuencia en el consumo indirecto de compuestos sintéticos usados como conservadores para evitar la proliferación de bacterias en alimentos enlatados, cosméticos, cremas corporales y jabones líquidos, advirtió el doctor José Miguel Betancourt Rule, Profesor Distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Al participar en la Mesa redonda ‘Xenobióticos y su efecto en la reproducción ¿Debemos preocuparnos?‘, señaló que aun cuando en los últimos años “estamos entrando en una etapa de consumo de productos orgánicos libres no sólo de parabenos sino de hormonas o plaguicidas, sí debemos preocuparnos por el efecto que puede tener el abuso de estos y otros xenobióticos”.
En algunos trabajos de investigación estos compuestos son considerados cancerígenos, que causan daño citotóxico a nivel del ADN o bien producen especies reactivas de oxígeno y en otros los clasifican como disruptores endócrinos, mientras que estudios en mujeres señalan que estimulan la proliferación de células cancerosas de líneas celulares de mama y se les atribuyen propiedades estrogénicas.
“Otro estudio muestra que después de 24 horas de administración los parabenos son metabolizados y se excretan por la orina, mientras que cuando se aplican sobre la piel penetran, se acumulan en los tejidos adyacentes y que altas concentraciones en la orina se asocian con la reducción de fertilidad”, advirtió.
Y añadió: “El año pasado se demostró que a nivel in vitro disminuyen la maduración de los ovocitos, afectan el citoesqueleto de las células y producen estrés oxidante, mientras que una investigación realizada en el Laboratorio de Biología Celular encontró que alteran la morfología de los ovocitos, así como la expansión de las células necesarias para su maduración”.
Plagicidas, responsables de disminución espermática
La exposición descontrolada de plaguicidas también está asociada a la disminución de la cuenta espermática y a un aumento en la incidencia de tumores en las gónadas y en malformaciones congénitas, lo cual explicaría el incremento de parejas infértiles en todo el mundo, advirtió el doctor Eduardo Casas Hernández, profesor titular del Departamento de Ciencias de la Salud de la Unidad Iztapalapa.
Pero también se han detectado concentraciones importantes en diferentes secreciones orgánicas en animales y humanos inclusive en poblaciones que no están expuestas de manera directa a este tipo de xenobióticos, como son los esquimales, que no tienen una agricultura sistemática.
Aunque en México y muchos países en desarrollo se siguen empleando pesticidas que ya no están permitidos en otras naciones (en 2020 se produjeron más de 60 millones de toneladas), numerosos estudios confirman que su uso tiene un efecto negativo en la reproducción a nivel mundial, su eliminación en este momento llevaría a una reducción de 50 por ciento de la producción de alimentos, lo que acarrearía problemas económicos y sociales importantes.