Niños que durante la gestación y los primeros años de vida están expuestos al humo de tabaco tienen más posibilidades de padecer neumonías graves y otras enfermedades respiratorias.
Se estima que a nivel mundial entre 30 y 70 por ciento de la población infantil se expone directa o indirectamente a las toxinas del cigarro.
El doctor Ángel Velázquez Giles, especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), advirtió que:
«un niño que permanece en contacto con el humo de cigarro, es más propenso a padecer influenza y otras infecciones causadas por el virus sincitial respiratorio, uno de los más comunes del resfriado».
Además de los riesgos que representa fumar durante el embarazo, explicó que las madres deben evitar la exposición al tabaco.
«Inhalarlo durante la gestación, produce alteraciones en el sistema de defensa del tracto respiratorio del bebé, lo que podría originar cuadros de neumonía, amigdalitis, infecciones en el oído o alergias nasales».
¿Cuáles son las consecuencias?
Añadió que en el peor de los casos, existe la posibilidad de desarrollar asma, «enfermedad que debilita la capacidad pulmonar y altera el desarrollo de estatura, peso, fuerza y rendimiento escolar«.
«Un niño que se desenvuelve en un ambiente con presencia de humo de tabaco, iniciará un proceso agudo de inflamación y posteriormente crónico por las sustancias cancerígenas que posee el cigarro; por tanto, se debe evitar la presencia de personas que fuman cuando hay niños», resaltó.
Para atender a los menores afectados, el IMSS cuenta con médicos alergólogos pediatras, quienes pueden prescribir vacunas, esteroides inhalados y antialérgicos, así como con neumólogos especializados para ayudar a quienes deseen dejar de fumar, mediante una terapia con psicólogos y fármacos indicados para las enfermedades producidas por el tabaco.