Durante la emergencia sanitaria, el cubrebocas se ha posicionado como uno de los insumos más representativos de la seguridad, pero su manejo inadecuado lo convierte en una posible fuente de contagio de SARS-CoV-2, en particular para quienes recolectan y procesan los desechos.
Cuando es arrojado a la basura, pasa de protector a foco de infección, porque en la mayoría de los casos se mezcla con los desechos cotidianos, , afirmó Héctor Castillo-Berthier, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
“Se tira gran cantidad, y seguramente muchos están contaminados, y si a ello se suma la manera informal de recolectar los residuos y procesarlos, sin control sanitario, no hay modo de salvaguardar la salud de los trabajadores de limpia”.
Al respecto, Rocío Valdez, académica de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO), con 24 años de experiencia como personal de salud, advirtió que el solo uso de la mascarilla no nos exime de la posibilidad de contagio, y menos si se usa de manera inadecuada.
“Debe cubrir nariz y boca, y nunca se debe tocar la parte externa. Cuando se sienta húmeda debe retirarse por las cintas que se adhieren a la cara y desecharla en una bolsa dentro de un bote de basura, para que no tenga contacto con otras personas, como quienes recolectan y procesan los desechos”, explicó.