La proporción de la población en México que ha tenido contacto con el COVID-19 es muy pequeña, por lo que el 80 o 95% aún puede ser susceptible al virus, afirmó Rosa María Wong Chew, jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de la UNAM.
“Deben aplicarse pruebas serológicas o rápidas para saber la situación de la pandemia. Primero entre el personal de salud y después en grupos poblacionales. Existen ya siete pruebas autorizadas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)”, añadió Gustavo Olaiz Fernández, coordinador General del Centro de Investigación en Políticas, Poblaciones y Salud de la misma facultad.
En el conversatorio virtual “Pruebas diagnósticas para COVID-19 y aspectos regulatorios”, organizado por la Facultad de Medicina, Wong Chew señaló que para obtener la inmunidad de rebaño es necesario que entre 60 y 70% de la población tenga anticuerpos, y estamos muy lejos de esa cifra.
Pruebas para detectar el virus
Asimismo, habló de algunas pruebas que se aplican para determinar el estado del virus en el humano, como la PCR (reacción en cadena de la polimerasa), que detecta material genético; las de detección de anticuerpos y las serológicas, denominadas “rápidas”.
“La PCR es útil para el diagnóstico en etapas tempranas de la enfermedad, y para hacer el seguimiento, saber en qué momento el paciente deja de ser infeccioso, y cuándo ya no tiene que tomar medidas de aislamiento y de control. Eso depende del momento y dónde se toma el hisopado nasofaríngeo, del día y el lugar, entre otros aspectos”, explicó.
En cuanto a la serología, indicó que es útil en etapas tardías, para saber qué tanta población puede estar afectada o tuvo contacto con el virus. “No es útil para el diagnóstico en etapas tempranas”, remarcó.
Wong Chew detalló que la posibilidad de hacer detecciones mediante hisopado faríngeo es del 40%, y con el hisopado nasal, hasta del 60%. Y en pacientes que desarrollan neumonía, el lavado bronquioalveolar puede dar una sensibilidad o una capacidad de detección de hasta 90%.
Con respecto a la prueba de detección de anticuerpos, señaló que la producción de éstos o su liberación pueden delatar la presencia del virus. Se realiza mediante una prueba de Elisa, y se buscan los anticuerpos IgG (inmunoglobulina G) e IgM (inmunoglobulina M).
En su oportunidad, Olaiz Fernández mencionó que ninguna de las pruebas referidas por sí sola es la panacea en este momento.
Ante la proporción mayúscula de población sin anticuerpos contra el SARS-CoV-2, la vulnerabilidad es muy alta, por lo que es probable que antes de concluir el presente año haya un segundo brote de la enfermedad.
Además, alertó, ya se padece la primera etapa de la “pospandemia”, pacientes en recuperación con secuelas pulmonares y circulatorias, que también deben ser atendidos.