El ejercicio es una de las actividades físicas que se han hecho a un lado en los últimos tiempos. El avance de la tecnología y las circunstancias han contribuido a esto. Tal vez la más contundente fue la pandemia, cuando el mundo entero se tuvo que resguardar dentro de sus casas para evitar contagios y aprender a reinventarse en el estudio y en el área laboral.
Sin embargo, esta falta de ejercicio, ya se venía dando antes. La Escuela Noruega de Ciencias del Deporte, de Oslo, Noruega en EUA, realizó un estudio a casi 26 mil hombres nacidos entre 1923 y 1932, a los cuales se les hicieron exámenes físicos que pudieran determinar su condición de salud.
A lo largo de tres décadas se les dio seguimiento y en el 2000, se les hizo una serie de preguntas en los cuales dieran a conocer sus actividades físicas, el tiempo invertido y rutinas de ejercicio a lo largo de este periodo.
Con esto pudieron percatarse cómo el ejercicio fue fundamental en su salud, sin importar la intensidad o la cantidad, el riesgo de mortalidad se pudo reducir en un 40%. Obviamente, esto es relativo porque también tiene que ver la alimentación y las horas de sueño de cada persona.
Por otra parte, la parte mental se agudizó luego de la pandemia por el encierro tan estricto, por lo que la actividad física fue descartada y por ende el ejercicio, dando lugar a un sedentarismo mundial y muy grave y con ello dando paso a dos padecimientos mentales: la depresión y la ansiedad.
¿Cómo ayuda el ejercicio con la depresión?
Uno de los males más comunes en nuestros días es la depresión. Aunque existen diversos tipos, la ciencia ha descubierto que el ejercicio puede ser de gran ayuda para combatirlo o sobrelleerlo en casos extremos.
Un estudio realilizado por Karmel Choi de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvad, demostró que el correr al menos 15 minutos o caminar una hora diaria reduce la depresión en un 26%; y el mantenerlo como una rutina puede evitar recaídas.
El ejercicio combate la ansiedad
Otro de los problemas de ‘moda’, es la ansiedad. Un estudio neurológico de 2013 realizado con roedores, mostró como el ejercicio aumentó la producción de neuronas liberadoras de sustancias químicas calma el exceso de actividad en otras partes del cerebro.
Es decir, cuando estamos preocupados por algo que nos produce ansiedad, nuestro cerebro se centra en un solo lugar y al ejercitarnos se libera, logrando que nos relajemos y con ello evitar este trastorno mental o minimizarlo sin dejar que nos afecte de manera grave.
Como verás el ejercicio no solo ayuda a tu aspecto físico, también ayuda a tu salud mental. Tengas o no preocupaciones o problemas, date el tiempo para ocuparte de tu cuerpo y dejar de preocuparte. El ejercicio es una actividad individual, es tu momento, así que ponte tus audífonos, prepara la música que más te guste y ten una vida más larga y placentera.