Un equipo internacional de científicos ha demostrado que los anticuerpos de un paciente recuperado del SARS (índrome Respiratorio Agudo Grave) son capaces de bloquear de manera natural al coronavirus SARS-CoV-2, causante de la actual pandemia de COVID-19.
Este hallazgo, publicado en la revista Nature , concluye que estos anticuerpos podrían servir para desarrollar tratamientos antivirales o vacunas.
La investigación, dirigida por Davide Corti, del Vir Biotechnology (Suiza), ha estudiado la eficacia de unos anticuerpos monoclonales extraídos de un paciente que se recuperó del SARS en 2003.
Los investigadores estudiaron el potencial de 25 anticuerpos del paciente para inhibir el SARS-CoV-2 y encontraron ocho que podían unirse tanto al virus libre como a las células infectadas.
De todos ellos, un candidato, llamado S309, demostró tener una capacidad neutralizadora particularmente fuerte contra el SARS-CoV-2, causante del COVID-19.
¿Qué son los anticuerpos?
Los anticuerpos son moléculas producidas por el sistema inmunológico para combatir las infecciones en el organismo, ya sean víricas o bacteriológicas.
El estudio, que analizó la estructura cristalina del S309, demostró cómo el anticuerpo se une a la proteína de punta del virus.
Asimismo, revela que el S309, combinado con otro anticuerpo menos potente puede mejorar la neutralización y reducir la posibilidad de que surjan mutaciones resistentes.
El estudio es una ‘prueba de concepto’ que sugiere que tal vez valga la pena investigar combinaciones de anticuerpos monoclonales para controlar el SARS-CoV-2, sugieren los autores.
No obstante, advierten de que para el estudio no se realizaron experimentos con seres humanos.
Sotrovimab, la prometedora terapia de anticuerpos
Por otro lado, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) empezó una revisión en tiempo real de los datos del anticuerpo monoclonal ‘sotrovimab’, desarrollado por la farmacéutica británica GlaxoSmithKline y la estadounidense Vir Biotechnology, como tratamiento para la COVID-19.
El comité de fármacos de uso humano (CHMP) ha iniciado una “revisión continua” del tratamiento con base en los resultados preliminares de un estudio en marcha que analiza la capacidad del medicamento para prevenir la hospitalización o la muerte en pacientes no hospitalizados que hayan desarrollado los síntomas de la COVID-19.
“Sin embargo, la EMA aún no ha recibido el conjunto de datos completo; además es demasiado pronto para sacar conclusiones sobre el balance beneficio-riesgo del medicamento”, alertó el regulador europeo.
Los científicos europeos evaluarán si este medicamento, también conocido como VIR-7831 y GSK4182136, cumple con los estándares europeos en cuanto a eficacia, seguridad y calidad, antes de darle un visto bueno.
Con información de EFE