La contaminación del aire puede reducir el tamaño y la calidad de los espermatozoides y afectar a un “importante número de parejas”, según reveló un estudio realizado por investigadores de la Universidad China de Hong Kong.
De acuerdo con la investigación, publicada en la revista especializada Occupational & Environmental Medicine, la polución atmosférica provoca que los espermatozoides sean más pequeños y «deformes».
Los resultados muestran que los espermatozoides sufren una variación del 1.29 por ciento en su forma y tamaño al estar expuestos a cinco microgramos por metro cúbico de PM2.5 (partículas inferiores a 2.5 micras, las más pequeñas y perjudiciales para la salud) durante dos años.
“Con la exposición al aire contaminado, un pequeño efecto de las partículas PM2.5 en la morfología normal del esperma puede provocar infertilidad a un importante número de parejas”, explicó el doctor Xiang Qian Lao, de la Universidad de Hong Kong, quien encabezó la investigación.
“Aunque los efectos son pequeños y su significancia puede no ser muy importante en términos clínicos, es un importante desafío para la salud pública”, señaló.
Pese a esto, en la investigación se detectó un incremento significativo en el número de espermatozoides, que se explica como “un mecanismo compensatorio” para combatir los efectos sufridos en su forma y dimensión.
Faltan más estudios para comprobar afectaciones severas
Los científicos aseguran que las consecuencias negativas de la polución sobre el esperma aún no son del todo claras, pero agregan que muchos componentes de las partícula PM2.5, como metales pesados e hidrocarburos, han sido ligados como dañinos en otros estudios experimentales.
En el informe se advierte de que este estudio es solo “de observación” y de que no se pueden sacar conclusiones en firme sobre la causa y el efecto de la exposición a la contaminación.
El estudio indagó en el impacto en la salud de una exposición tanto a corto como a largo plazo a las partículas PM2.5, en cerca de seis mil 500 hombres de 15 hasta 49 años en Taiwán.
El programa se desarrolló entre 2001 y 2014, cuando se examinó el número de espermatozoides de los participantes, el movimiento, la forma y el tamaño.