Esténtor Político
La información más reciente del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) ubica a Oaxaca como el tercer estado más pobre de México, con 58.4% de su población en este estatus; y a Veracruz en el cuarto, con 60%. Ambas entidades son gobernadas por políticos morenistas, que se han convertido en enemigos de sus pueblos por ignorar la demanda de las obras de servicio social urbano más elementales.
La desatención quizás más preocupante es la de Salomón Jara Cruz, cuyos resultados en seguridad pública en solo nueve meses de mandato en Oaxaca (diciembre de 2022 a julio de 2023) han sido desastrosos; en ese corto lapso se reportaron 644 crímenes dolosos, cuyo promedio fue de 80 mensuales, aunque en abril y junio pasados se registraron 87 y 104 respectivamente. Sin embargo, lo que más preocupa a la población es que solo fue detenido uno de cada 10 responsables. ¡Vaya con la prometida primavera oaxaqueña!
Además, en Oaxaca, seis de cada 10 habitantes padecen el flagelo de la pobreza (cuatro en moderada y dos en miseria extrema); siete de cada 10, no tienen acceso a servicios de salud; casi ocho de cada 10, carecen de seguridad social; y seis de cada 10, no cubren sus necesidades básicas. Pero ninguno de estos graves problemas sociales le importa un ápice a Jara Cruz porque, cuando los ciudadanos le han solicitado que los atienda, se niega a escucharlos.
Hace unos días, la panista Perla Woolrich denunció que el actual gobernador de Oaxaca despilfarra los recursos públicos en el pago de miles de lonas, pintas en bardas y decenas de espectaculares con propaganda favorable a su partido, Morena, y a la precandidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo, en vez de destinar- los a combatir la pobreza, el desempleo, la inseguridad pública y dotar con equipos y medicamentos a los hospitales y las clínicas de salud.
El pasado lunes cuatro de septiembre, la prensa estatal publicó al menos 50 notas informativas en las que reseñó la numerosa marcha organizada por el Movimiento Antorchista Nacional (MAN) en Oaxaca para exigir a Jara Cruz atención a las demandas de obras y servicios públicos básicos de campesinos, colonos, estudiantes y amas de casa pobres, ante quienes desde hace casi un año se muestra indiferente; y su única respuesta de ese día fue una amenaza de represión policiaca.
Pero en Veracruz las cosas no andan mejor; a pesar de que a Cuitláhuac García Jiménez únicamente le queda un año de gobierno, la población teme que este mandatario torpe e ignorante la hunda más en la miseria, el desempleo, la informalidad, la represión, la corrupción y la inseguridad pública.
En cinco años, la economía veracruzana descendió 1.6% y el 60% de su población (cinco millones 76 mil personas) se halla en situación de pobreza; un millón 337 mil padecen tres o más carencias sociales –en contraste con los cuatro millones 141 mil pobres que había en 2012– y dos millones 136 mil jóvenes reportan rezago educativo. En un quinquenio, la situación socioeconómica de Veracruz ha empeorado en lugar de mejorar.
Miles de antorchistas veracruzanos también realizaron, el lunes 4 de septiembre, una marcha para denunciar el mal gobierno morenista que, al igual que el oaxaqueño, actúa con soberbia e indiferencia frente a los ciudadanos que exigen que cumpla con sus obligaciones. Cuitláhuac García va de salida y su calificación como gobernador bajó al 51.9%; Salomón Jara, con solo nueve meses de gobierno, también hoy reprueba con 51.7% de aprobación.
Ambos gobernantes incurren en grave falta pública al ignorar al pueblo y gobernar con el garrote. Estos políticos morenistas cayeron en el “golfo profundo de confusiones”, como le advirtió El Quijote de la Mancha a Sancho Panza cuando lo instruyó sobre cómo debía gobernar su ínsula para salir bien librado.
Cuitláhuac García ya está en el bote de la basura de la historia veracruzana como un pésimo gobernante; Salomón Jara no debe ignorar la fuerza social de una población que, con el liderazgo de Antorcha, está dispuesta a continuar en la lucha contra la pobreza y la desprotección en la entidad que vio nacer al gran Benito Juárez. Por el momento, querido lector, es todo.