ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Movimiento Antorchista Nacional @MCasiqueOlivos
Parece que todos «los astros” (fuerzas económicas, políticas, militares y de poder) se están alineando a favor del nuevo inquilino en La Casa Blanca y los resultados definitivos no tardarán mucho; y aunque todo parece que habrá un nuevo mandatario estadounidense se debe esperar al dato oficial concluyente; pero no por eso lo sucedido deja de comentarse y hasta rescatar lo ya vivido, por ejemplo, en México con la llamada “Cuarta Transformación”, que a decir de muchos, ahora quedaría mejor como la “Transformación de Cuarta”.
En el último tramo, tras la votación estadounidense del pasado 3 de noviembre donde el conteo llegó a 264 votos electorales para Biden y 214 para Trump (hasta ahorita), son las declaraciones inoportunas (para otros, perdedoras, agresivas, fuera de tono, inapropiadas, sin pensar o sin fundamento) cantadas por parte de Donald Trump de que hubo fraude electoral y de que se debía detener el conteo.
Tras esto, entre todas las críticas a Trump han destacado las del retirado representante de Texas, Will Hurd, quien aseguró que lo dicho por Trump es de “Un presidente en funciones que socava el proceso político y cuestiona la legalidad de las voces de innumerables estadounidenses sin evidencia, no solo es peligroso y equivocado, sino que socava la base misma sobre la que se construyó esa nación”.
El senador de Utah, Mitt Romney, (que fue candidato presidencial republicano en 2012) aseguró que Donald Trump “está equivocado al decir que la elección fue arreglada, corrupta y robada” y que “Hacerlo daña la causa de la libertad aquí y alrededor del mundo, debilita las instituciones que forman los cimientos de la república y temerariamente inflama pasiones destructivas y peligrosas”.
Las voces críticas contra el actual mandatario gringo son muchas y la mayoría no están de acuerdo con él.
A los mexicanos al hablar de “Fraude” nos recuerda a ya saben quién y que hoy, desafortunadamente, se encuentra apoltronado en Palacio Nacional generando día con día un México con más tristeza por la muerte por COVID-19 y violencia; con más pobreza, con más inseguridad y que genera mucho encono entre los mexicanos, políticos, empresarios, científicos, artistas y periodistas; además de una inconformidad social ya muy generalizada.
Al hablar de una “elección arreglada, corrupta y robada” también nos recuerdan al hoy presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador; y nadie puede alegar o negar que en algunos momentos de la historia de los gobiernos del mundo haya existido o existirá fraude o que “operen” fuerzas muy poderosas para que se imponga tal o cual candidato para gobernar un municipio, un estado, un distrito o un país entero.
Sin embargo, también es cierto que todos los países deben respetar sus propias constituciones y las leyes que los gobiernan; deben respetar sus instituciones políticas para evitar que se generen conflictos sociales o políticos que socaven las garantías constitucionales y entierren la paz y la tranquilidad sociales y de cada individuo.
Pero aunque esto es claro, a muchos gobernantes (como el propio presidente mexicano López Obrador o gobernadores como Miguel Barbosa o Cuitláhuac García, en Puebla y Veracruz), no les importa violar la Constitución, modificarla a su antojo y usarla, como garrote en mano, contra ciudadanos inermes; también, todas las instituciones políticas, tienen este mismo uso. Donald Trump ha caído, con muchas de sus acciones, en esta calaña de gobernantes.
En México vienen las elecciones el próximo año y volveremos a ser testigos cómo juega AMLO y Morena, cómo manipula y engaña con un discurso demagógico y mediático, acompañado de migajas económicas, que ya nadie cree pero que así logran accionar el voto de la gente.
Aunado a esto, AMLO y la 4T ya llevan rato haciendo sus “ahorritos” en una “caja chica” para salir, en el mejor momento, de compra electoral; también ya lleva algún tiempo, vía sus gobernadores morenistas y diputados en el Congreso de la Unión, haciendo “arreglos” a la Constitución y a las Constituciones en los estados para someter a los que consideran sus enemigos y que pueden ser sus principales oponentes en el 2021 electoral.
Por lo pronto, como dijo Aquiles Córdova Morán, líder del Antorchismo Nacional, en su comentario semanal, la elección de presidente en Estados Unidos no cambiará en nada el trato que se tiene hacia México; y sí, al mismo tiempo, urge un proyecto de país que logre crecimiento económico vigoroso y reparta esa riqueza entre todos los mexicanos vía obra social o buen empleo con salarios dignos.
En este sentido la 4T de López Obrador ha marchado a ciegas con EUA y ha profundizado la dependencia económica y política con la nación americana.
Entonces, aunque a estas horas, viernes por la tarde, la moneda para saber si Estados Unidos se pintará de rojo o azul, sigue en el aire; lo cierto es que Donald Trump ya vio la moneda en el piso y así se explicarían y se entenderían todas sus declaraciones. Por el momento, querido lector, es todo.