Esténtor Político
Mucho se ha dicho que el Segundo Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador fue en realidad una conferencia “mañanera” más, sin preguntas de la prensa, en la que se omitieron los datos duros de la crisis sanitaria, económica y de seguridad, limitándose a decir que en estos tiempos, México tiene “el mejor gobierno” y que “ahora vamos para arriba”, algo totalmente alejado de la realidad.
Los especialistas aseguran que el informe, de apenas 45 minutos, contuvo 101 afirmaciones falsas y múltiples frases ampliamente conocidas porque forman parte de su discurso cotidiano. Políticos y periodistas coinciden en que el mandatario se vio muy debilitado, incluso inseguro, quizás porque alguno de sus asesores más cercanos le recomendó no decir tantas barbaridades.
Fiel a su estilo, López Obrador volvió a ocultar cifras y borró de un plumazo hechos conocidos por la mayoría de los mexicanos, que los sufren en carne propia, como los 600 mil contagios de COVID-19; los ciudadanos que desde diciembre de 2018 buscan algún familiar que figura entre los 27 mil desaparecidos (13 se pierden cada día, según datos de la Secretaría de Gobernación) o que un ser querido se convirtió en una de las 60 mil víctimas de homicidio acumuladas en esta administración (100 en promedio por día).
No hay duda López Obrador elaboró su segundo informe sobre la base de sus fantasías. Él insiste: vivimos en un país próspero, estamos próximos a salir de las pandemia y de la crisis; los apoyos que su gobierno otorga a adultos mayores, estudiantes y niños –sumados a las remesas que envían los trabajadores migrantes en Estados Unidos (EUA) y a su “buena” relación con los empresarios– bastarán para reactivar la economía nacional.
Obviamente, al presentar como un gran logro la entrega de apoyos económicos a esos sectores, el Presidente no explicó por qué, en lo que va de su administración, 12 millones de mexicanos han caído en la pobreza extrema; por qué hay 70 millones de ciudadanos que no tienen acceso a la canasta básica de alimentos; y por qué si hay una buena relación con los empresarios, no hay inversiones a nivel macro, con las que nuestra economía generaría empleos bien remunerados.
Entre las falacias, mentiras y omisiones lanzadas durante los 45 minutos de su infumable Segundo Informe de Gobierno, lo único cierto o creíble fue que el arranque de la campaña política del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de cara a los comicios de 2021. López Obrador olvida que es el Presidente de un país cuya población espera, desde hace décadas, que se atienda con seriedad el tema de la pobreza y cuyos problemas solo pueden resolverse con empleos estables y bien remunerados, atención a sus problemas de infraestructura básica –agua, drenaje, hospitales, escuelas, etc.– y no solo con dádivas gubernamentales de evidente vocación electorera.
Si el segundo informe hubiera reflejado objetivamente la realidad, su impacto mediático hubiera sido menos negativo; pero poco antes de su lectura en Palacio Nacional, el secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Arturo Herrera, reveló que debido a que ya se acabaron los “guardaditos” de dinero público del que habla el gobierno, el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2021 (PEF) será reducido y que, por lo mismo, la economía no se recuperará en 2021.
¿Qué viene después de este informe fallido? Lo que viene es una crisis económica más aguda, que afectará los ingresos de millones de mexicanos. Tiene razón el Secretario Herrera cuando advierte que México “vivirá la peor crisis económica desde 1932”. Y con ésta vendrá, asimismo, un periodo de definición político-electoral en el que Morena afrontará su mayor prueba: además de superar su división interna, cargará con la pérdida de popularidad del Presidente, su verdadero líder nacional.
Por lo pronto, el grito del 15 de Septiembre es el nuevo distractor, que se sumará a las acusaciones filtradas de Emilio Lozoya; a la “consulta popular” para juzgar a los expresidentes de México y a los jaloneos por la mesa directiva en la Cámara de Diputados. Sin embargo, algunos politólogos consideran que estos “juegos” podrían costarle mucho en las urnas de 2021, pues está tentando al “innombrable” como se dejó entrever con el nuevo videoescándalo en el que aparece el “hermano incómodo” del Presidente.
López Obrador debería entender que al paso de los días, su fracaso político será más evidente y la factura será más alta. En fin: “No hay peor ciego que el que no quiere ver; ni peor sordo que el que no quiere oír”. Por el momento, querido lector, es todo.