Hoy es noticia que AMLO, en su conferencia mañanera del martes 8 de junio, declaró que podría haber, a futuro, algunos acuerdos en el Congreso con el PRI o con algún otro partido para lograr mayoría absoluta y, por esa vía, poder hacer reformas a la Constitución que siempre ha tenido en la mira para favorecer a la Cuarta Transformación (4T), a Morena y su ‘proyecto político’; proyecto que muchos analistas y politólogos aseguran, no se le ven pies ni cabeza; eso sí, hay una campaña publicitaria basada en la manipulación desde foros estratégicos como su citada conferencia y la supuesta entrega directa de dinero vía tarjetas electrónicas.
Los apoyos operados de ‘manera directa’ desde el Gobierno Federal, -como lo que se brinda a los jóvenes que ni estudian ni trabajan, o el que se da a los ‘Jóvenes Construyendo el Futuro’, hasta los subsidios de ‘Sembrando vida’ para campesinos o productores-, son programas sociales que, en conjunto, están muy lejos de sacar de la pobreza o miseria a 100 millones de mexicanos; es más, muchos de ellos ni siquiera se han convertido en el ‘mejoralito’ que ofrecían los gobiernos anteriores. Los datos de pobreza de la población mexicana, con este gobierno, han aumentado; casi todos los problemas que ya se arrastraban ahora se profundizan y siguen siendo los lastres de México y que la 4T no ha podido enfrentar y detenerlos.
A unos días de realizada la elección, considerada la más grande de la historia, la verdadera fuerza política de cada uno de los grupos no parece estar muy clara, o al menos así se presenta ante los ojos de la mayoría. Y no está clara porque así es el interés de clase de los partidos políticos y también de los que controlan la economía del país.
Un repaso de los recientes hechos dice que en la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum y AMLO pierden poder y eso podría traerle problemas directos al hombre de Palacio Nacional, porque la gobernante capitalina es su preferida para el 2024. Otro aspecto es que la proyección en la Cámara de Diputados deja a Morena con mayoría relativa, suficiente para poder servirse, con la cuchara más grande que exista, del PEF para el siguiente año y, al menos, de dientes para afuera, AMLO acepta que necesitará alianza para sus reformas en la Constitución.
El poder que AMLO y Morena pierden en el Congreso es relativo y lo que sí observamos es que sientan algunas ‘bases’ en más territorio nacional, algo favorable por el momento, pero que todos los mexicanos están seguros, dada la experiencia de gobiernos morenistas como el de Puebla con Miguel Barbosa o el de Veracruz con Cuitláhuac García, que el gusto les puede durar muy poco, antes de enfrascarse en represiones y atropellos hacia la población. Sin embargo, con las nuevas gubernaturas de Morena se estima que van a recibir el 49% de los recursos federales, es decir manejarán la mitad de las transferencias que el gobierno federal envía a los estados. Según Hacienda, los 16 mandatarios de color guinda van a recibir una bolsa cercana a los 894 mil 232 millones de pesos anuales, un 64% más que lo que recibían hasta antes de la elección del domingo pasado.
Si a tres años de ver la forma de gobernar de AMLO y de algunos gobernadores morenistas, los mexicanos garantizáramos que esos recursos se destinaran correctamente, para atender a los mexicanos y mexicanas más empobrecidos, para atacar los problemas de salud, incluso los aún presentes por el COVID-19, para apoyar verdaderamente a la educación o impulsar la economía familiar, más la realización de obras de infraestructura como pavimentaciones, electrificaciones, drenaje, servicios de agua potable, nadie se opondría. Pero lo cierto es que el gobierno federal no sabe invertir el dinero de México y siempre lo quiere destinar a obras de relumbrón o de impacto mediático como el fracasado Tren Maya o el Aeropuerto Internacional, pero que en nada ayuda a los mexicanos; otra parte de ese dinero es inyectado a las famosas transacciones directas pero que tampoco se ataca, por esa vía, a la pobreza del país.
Entonces, ¿qué política va a seguir Morena y la 4T tras las elecciones? Más allá del dinero que supuestamente se entrega de manera directa y sin usar intermediarios (claro, se entiende de los gobiernos anteriores, porque ahora los intermediarios son ellos), es que no hay un plan de fondo y bien pensado en su política económica y social par que se apoye a los sectores que no tienen empleo y que sobreviven con una cuantos pesos al día; no se ven planteamientos a fondo para mejorar los ingresos de los mexicanos y por esa vía mejorar su poder adquisitivo, mejoras en la educación de salud, desarrollo y progreso en general. No se nos olvide que las fallidas preparatorias de AMLO en la CDMX no son un sistema educativo efectivo, real y con calidad académica para los hijos de las familias más pobres y que se puedan desarrollar profesionalmente; más bien, son todo lo contrario.
Morena tiene, tras la elección, cuatro objetivos: uno: Quedarse con la mayor cantidad de recursos de la Federación para usarlos y operarlos a su antojo, y para eso tendrá el poder en la Cámara de Diputados durante otros tres años; dos: Seguir buscando reformas en la Constitución para afianzarse como partido en el poder, para esto no cuenta con la mayoría absoluta y por eso ya le guiñó el ojo a los partidos políticos para ir abriendo puertas en torno a ese objetivo, algo desde mi punto de vista muy difícil de cuajar conforme avancen los días rumbo al 2024, al menos no será tan fácil; tres:. Afianzarse territorialmente, algo logrado en esta elección al obtener 11 gubernaturas desde donde su poder político y económico podría impactar negativamente a la población y, 4. Lograr que los mexicanos no le den la espalda a Morena en la elección del 2024, y para eso AMLO seguirá usando sus foros para atacar, manipular y seguir engañando a la población y los que, erróneamente cree, son adversarios.
Lograr esos cuatro objetivos, sin embargo, no será nada fácil. Los partidos, llámense por ahora, ‘oposición’, no cederán tan fácil y venderán algo carito su amor. Las reformas a la Constitución, conforme se avecine la transición del 2024, tendrán menos interés para AMLO y mejor buscará que tras su mandato no vaya a parar a la cárcel por tantas atrocidades e injusticias cometidas, y para eso sí, tendrá que «negociar» con las fuerzas políticas, que vayan a quedarse en el próximo sexenio, incluso aunque sean de Morena, porque no se nos olvide que ahí el pleito interno está a la orden del día y no cesa; si no, pregúntenle a Claudia Sheinbaum.
Y por último, es previsible que los políticos que hoy obtuvieron 11 entidades con la bandera de Morena sigan el mismo camino que Miguel Barbosa o Cuitláhuac García que se han ganado el odio completo de sus gobernados por su torpe, corrupta y muy mala forma de gobernar. Pero eso el tiempo lo dirá, porque Morena, la 4T y AMLO siguen sin gobernar correctamente el país.
Por lo pronto, los mexicanos debemos estar alerta de cada uno de los movimientos y acciones de los gobernantes morenistas; si fuera necesario evaluar día con día o semana con semana, qué hacen para la población para atacar los problemas cruciales de pobreza, marginación, inseguridad, falta de educación, salud y vivienda, así como la realización de obras de infraestructura social. La política que seguirán Morena, la 4T y AMLO será elitista y para garantizar su poder político; y si las cosas se le complican más no dudará en compartir ese poder con el PRI (que de hecho ya son visible algunos acuerdos en estados como Oaxaca y el Edomex) y otros partidos; desgraciadamente, aquí, el pueblo no entra y seguirá siendo apaleado e injustamente atropellado. Por el momento, querido lector, es todo.