Esténtor Político
La tensión en México con la pandemia de COVID-19 ha llegado a un punto crítico. La falta de claridad y la necedad de una reapertura prematura para el 1 de junio sólo agravarán más las cosas. Con la política errática de López Obrador y los datos inexactos de López-Gatell han llevado al país a su propio ataúd. La legitimidad y la confianza de la 4T se ha perdido con su nulo actuar.
Lo que se temía por los especialistas, ahora es una realidad. La falta de información ha llevado a creer que los brotes son minúsculos y que no se observa un panorama como el de Estados Unidos y, así, minimizar el problema. Las consecuencias: una desestabilización en las medidas de confinamiento.
El hombre que ha sido el vocero de la presidencia durante la lucha contra la crisis sanitaria se ha inclinado por el discurso político antes de actuar como verdadero investigador y epidemiólogo. Las premisas utilizadas por el Subsecretario de Salud han sido cuestionadas por la prensa internacional -con investigaciones y datos a fondo- y desmentir el “vamos bien” de todas las conferencias nocturnas, donde el funcionario ya es la «celebridad».
Recientemente, López-Gatell mencionó que la tasa de mortalidad se estaba estabilizando, por consecuente veía una pronta “nueva normalidad”. El día de ayer, según datos oficiales de la Ssa, se registraron 501 nuevos decesos y 3 mil 455 nuevos contagios, en un lapso de 24 horas; estos datos son espantosos y desmienten al subsecretario. La falta de pruebas también llevó al desborde de brotes, pues también era considerado innecesario. Él se aferra, sostiene y defiende la política de su jefe para no quedar mal con quien lo respalda y le aplaude en las mañaneras.
En América Latina, ahora nuevo epicentro de la pandemia, México y Brasil son azotados y serán aún más en los próximos días si no se ejecutan nuevas medidas de confinamiento. Varios expertos de la OPS han cuestionado al gobierno federal sobre su estrategia de salud y han advertido que el pico está por iniciar y que no es momento de bajar la guardia; a esto mismo se le suman las dudas sobre la verdadera cifra de muertes, que podrían ser 30 veces más.
López-Gatell está a ciegas, trata de no ver y afrontar su realidad. La otra cara de él nos ha enseñado la incapacidad y la negligencia con que ha tomado las cosas ante una catástrofe de carácter global. Las medidas empleadas para el confinamiento no aseguran el bienestar de toda la población, menos de quienes han sido parte de los despidos masivos y de todas aquellas que deben salir a trabajar obligatoriamente para comer.
El subsecretario debe poner los pies en la tierra para controlar lo que ya se le salió de las manos, porque ocultar cifras, a estados días de crisis, indicaría que fue un encomienda del gobierno de López Obrador, que le esa resultando muy costoso. En la batalla contra un enemigo desconocido, México está siendo derrotado, un triunfo se ve muy lejano. La congruencia no ha sido parte de la federación para guiar al país por un buen camino.
Los mexicanos no debemos hacernos hagamos ilusiones porque las cosas no son como nuestras autoridades nos lo pintan. Los mexicanos debemos abrir los ojos y observar nuestro panorama para saber quién miente, quién dice la verdad y quién apoya realmente a los que lo necesitan en estos tiempos tan oscuros. Por el momento, querido lector, es todo.