Esténtor Político
En un abrir y cerrar de ojos el año 2020 se va a terminar. Pero antes, los estragos de la pandemia de coronavirus no habrán terminado y las familias mexicanas y del mundo seguirán padeciendo los efectos agravados, de la pobreza y todos los males que de ella se derivan como la inseguridad, violencia, corrupción, insalubridad, etc. En la antesala del año 2021 electoral se tienen que empezar a dar los primeros acuerdos entre los partidos y las cúpulas de poder para ir planchando quiénes serán los candidatos a puestos de elección popular, todo esto tiene que ser entre los meses de junio o septiembre. Recordemos que habrá elecciones de diputados federales, de legislaturas locales en 27 estados y se van elegir a 13 gobernadores; también hay comicios en ayuntamiento en 28 estados y ya hay voces que afirman que esas elecciones serán muy importantes.
En total se van a disputar alrededor de 3 mil 200 cargos de elección popular y su importancia radica en que nuevamente se volverán a poner tensas las cosas porque; por un lado el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) va a querer mantener el control desde el puesto que ocupa, también el de Morena y de los demás grupos; por otro lado, las condiciones para los días de campaña pueden no ser las adecuadas por lo que la gente tenga en mente, tras sentir como actuó el gobierno federal, estatal o local, con el coronavirus y tras los avances a prisa, de la crisis económica.
En ese contexto y entorno políticos resulta muy complicado para la clase política en el poder federal (Morena), hacer un balance de cómo se pintará el país en la elección del 2021; la preocupación, a menos de un año de que se dieran los arranques de campaña, ya es alta y los equipos de asesores, tanto de AMLO como de los grupos fuertes de Morena en San Lázaro, prefieren comenzar a averiguar qué se puede hacer, porque muy difícilmente podrán ganar en las urnas y ahora lo tendrán que hacer usando el aparato gubernamental y la imposición de leyes que hagan posible una elección de estado.
López Obrador y Morena tiene miedo de perder las elecciones en el 2021 y por esa razón en días pasados, como si no fuera más importante atender a la población muy necesitada de verdadero apoyo de su gobierno, se atrevió a decir que retaba a los “conservadores” , a sus “enemigos acérrimos” a que acepten el reto de hacer la famosa consulta para la revocación de mandato no en el 2022, sino en el 2021, propuesta que sin duda tiene el objetivo de hacer campaña y que aparezca entre las boletas electorales la imagen presidencial, pensando y creyendo ciegamente que la elección podrá ser como en el 2018; un arrastre por parte AMLO hacia los demás candidatos aunque estos no los conocieran ni en su casa.
La propuesta de Obrador es una maniobra política para el futuro electoral mediato y para desviar la atención de las exigencias y denuncias que los mexicanos ya están haciendo sobre la pandemia del COVID-19, denuncias que a todas luces traen tristezas, angustias y preocupación por las muertes y contagios; y al mismo tiempo, porque las familias mexicanas no tienen ingresos fijos que garantice su alimentación durante el tiempo que deben quedarse en casa, 44 millones de mexicanos son los que empiezan a tener hambre y reclaman saliendo a las calles y desde sus hogares, al gobierno federal de su tardío actuar y la falta de un programa nacional de distribución de despensas o recursos económicos.
La popularidad de AMLO sigue a la baja y su aprobación está en 46.8 por ciento, en un año bajó 20 puntos, debido a la crisis pandémica su descenso ha sido más rápido. De enero de este año a lo que llevamos de abril ha bajado 10 puntos y medio porcentuales, y si la tendencia continúa, antes de que termine el 2020 estará en 30% de aprobación o menos, es decir, tres de 10 mexicanos lo apoyarían contra siste que no solamente lo rechazarán, sino que ya odiarán al gobierno morenista.
Solamente de esa forma se entiende por qué la necesidad y la desesperación de AMLO de trabajar ya para las elecciones de 2021; de buscar la forma, aun y sabiendo de su poca popularidad, de apoyar a sus candidatos y su partido con una imagen cerca de las boletas electorales. Sin embargo, lo que no ha hecho para atender de fondo y con resultados efectivos es la pandemia del coronavirus y le crea, días tras día, más rechazo social que pretende recuperar en los próximos días con acciones directas como ya sugirió el Fondo Monetario Internacional, de dar dinero efectivo a las familias mexicanas para compra de comida. Si lo hace, aunque sea tardíamente, la población se lo agradecerá aunque no es garantía de que vuelva a votar por él o Morena; si no lo hace, su derrota en el 2021 o 2020 estará asegurada y la población aumentará su irritación social contra todo lo que huela a López Obrador y sus aliados. Por el momento, querido lector, es todo.