Esténtor Político
A la pregunta realizada por la consultora Arias Consultores a finales de diciembre de 2021 sobre ¿Cómo consideran los mexicanos que se encuentra la obra pública en el país?, el 59.7% (seis de cada 10 mexicanos) dice que está mal; el 15.2% no lo sabe y sólo 25% considera que está bien. Entre las entidades con pésimos resultados, es decir los habitantes que reprueban a sus gobernadores con porcentajes muy bajos, están Puebla con 8.5%; Zacatecas, 8.8%; Veracruz, 13.4%; Tabasco, 13%, los cuatro estados morenistas; y Estado de México, 15% y Coahuila, 20.6%, ambos del PRI.
Estos datos refuerzan la idea de que México con AMLO y la 4T como gobierno tienen a nuestro país en un completo desastre en lo que tiene que ver con las obras públicas; en los pueblos y colonias no hay pavimentaciones, no hay drenajes, no hay aguas potables, no hay redes de electrificación y el sistema carretero del país ni se diga, en un completo abandono. Si hablamos de infraestructura educativa o de salud, -también obra pública que le toca atender el gobierno federal, estatal o municipal-, la crisis de abandono es bastante grave.
Este jueves 10 de febrero el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció la creación de la empresa ‘Olmeca Maya Mexica’ que estará en manos de las fuerzas armadas para administrar importantes obras del gobierno; según se anunció se apuntalarán las finanzas para el pago de pensiones a militares y se adelantará el mantenimiento del Tren Maya, también manejará el Aeropuerto Felipe Ángeles en los diferentes lugares, o sea, una compañía que no tendrá ningún otro objetivo que garantizar las obras de la 4T y de AMLO, no hay más.
Bajo el argumento manipulatorio del hombre de Palacio Nacional, de que ‘queremos que las fuerzas armadas custodien el patrimonio de todos los mexicanos, que se defienda lo que es del pueblo’, AMLO y la 4T dan poder a los militares, el uso de una gran cantidad de dinero público de las arcas del gobierno, que muy pronto traerá serios problemas; sin embargo, para Obrador esta acción es un paso en la ‘estabilidad’ para poder garantizar (sin que exista la certeza real aún) su legado morenista, su pésima de administración, pero con un control total y dictatorial, en el que se estaría llevando al Ejército y la Marina a un papel que no les corresponde, además de que se distraerán de su verdadero papel en el país.
Hablemos un poco de cifras. Durante el 2021 el gobierno federal destinó 15 mil 880 millones de pesos a infraestructura del sector salud de México, 29.4% menos que en 2020; en el 2019, primer año de la actual administración federal, se registró una caída anual del 35.9% en este rubro, y eso que el tema de la salud de los mexicanos debió ser de mayor prioridad, por la pandemia de COVID-19, por parte del gobierno morenista. La inversión en educación de 2021 también registró un descenso de 8.1% menos que en 2020. Eso sí, existe un contraste con el incremento que tuvo la inversión física del sector energético (Pemex) que fue de 21.7% en 2021, con 315 mil 76 millones de pesos ejercidos en el 2020. Todos los datos son de la Secretaría de Hacienda.
Para este 2022 el Gobierno Federal ha estimado gastar siete billones 88 mil 250 millones 300 mil pesos y se ha visto que dio prioridad a la SEP con un 4% más; Bienestar, con un 50% (no sea malpensado amigo lector, no crea que es por año electoral y para comprar conciencias); y Salud, con un 28% más (ya solo falta que en este rubro se invirtiera menos) y tanto la Secretaría de Energía (Sener) como la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) tendrán menos recursos, la primera -3% y la segunda -25%.
Así, en este año habrá, en alguno rubros, mayores recursos para Pemex o el sector salud que mejora pero sigue siendo insuficiente ante los estragos del Covid-19; en el sector educativo el gasto no se adapta a los retos actuales de la crisis educativa y no hay grandes cambios, por ejemplo, al comprarlo con 2015 el presupuesto sería de -12% en términos reales; se abandonó a la Ciencia y Tecnología al encontrarse en -35% menos de su valor máximo que en el 2015. En México no hay obra pública para pueblos y colonias pero sí un 67% más que el 2021 para el Tren Maya y un 609% de incremento para el Proyecto Transístmico.
Hoy el Ejército y la Marina ya no solo vigilarán la seguridad de los puertos mercantiles y aduanas marítimas o apoyar en algunos casos de emergencia como en desastres naturales; ahora, también harán las funciones administrativas del gobierno, nuevos roles que contrastan con la función que han tenido durante casi todo siglo XX.
El Ejército Mexicano hoy ‘adquiere’ o ‘se le quiere dar’ un poder político que antes no tenía». Acordémonos que cuando Obrador era candidato se le vio muy alejado de las fuerzas armadas, ya como Presidente está ‘depositando toda su confianza’ en ellos, pero dándoles nuevos roles que tanto la Marina como el Ejército no deberían concentrar.
Todos los mexicanos respetamos y debemos defender a nuestro respetado Ejército al cual le concierne una tarea fundamental e irrenunciable, defender la soberanía nacional en el interior y exterior. Las fuerzas armadas no están preparadas (ante la nueva ocurrencia de AMLO) para las ‘nuevas tareas’, el presidente está cometiendo dos graves errores: el primero denigrar, desmontar y destruir poco a poco al Ejército Mexicano con la creación de esta nueva compañía de construcción militar.
Y el segundo, mantener sus obras de lujo y dejar en el olvido las carencias más sentidas de un pueblo que ve como sus calles se destruyen, sus obras se averían, y como el agua o la luz simplemente nunca les llegó por parte del que decía ‘primero los pobres’, de estas el pueblo no se olvida. Por el momento, querido lector, es todo.