De acuerdo a las cifras oficiales, México está a pocos días de llegar a los dos millones de contagios por COVID-19 y ya rebasó la cifra de 150 mil muertos. La Universidad Johns Hopkins ubica a nuestro país en el primer lugar de letalidad entre las 20 naciones más afectadas por la pandemia, pues de cada 100 contagios tiene 8.8 fallecimientos. El diario británico The Financial Times reveló que en México se registra más de un muerto por minuto a causa del COVID-19, y que al menos 15 mil personas han muerto afuera de los hospitales.
Con estos datos bastaría para afirmar que nuestra nación sigue en crisis sanitaria y que se encuentra en ‘terapia intensiva’ por la irresponsabilidad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien no tomó medidas a tiempo y tampoco ha generado una política de contención eficiente en el territorio nacional mediante la aplicación de pruebas para detectar los contagios. Por ello, la pandemia está fuera de control, gran parte del país se halla en alerta máxima y amplios sectores de la población viven en el terror; además de que los especialistas prevén un escenario aún más letal en el primer semestre de 2021, como lo ha evidenciado enero. En este mes ya hubo 30 mil 70 defunciones, cifra 51.3% más alta respecto a las 19 mil 868 que se registraron en diciembre de 2019.
Otros hechos que pintan completamente de ‘rojo’ a México es la agudización de la crisis económica, asociada al aumento de la pobreza y la miseria extrema, al incremento del desempleo formal e informal y a la creciente pérdida de ingresos en los trabajadores, de los cuales el 60% gana menos de dos salarios mínimos. Por ello, los expertos en economía estiman que la recuperación tardará entre 10 o 15 años, y que el imparable desbordamiento de la pandemia está provocando un problema adicional e imprevisto: que los gobiernos y los habitantes de algunos países del mundo estén empezando a ver el territorio de México como peligroso y pensando en tomar medidas para aislarlo. Pero nada ocupa ni preocupa a AMLO, ni a los funcionarios del gobierno de la Cuarta Transformación (4T), ni a los dirigentes del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que hace unos días activaron a su ejército de ‘Servidores de la Nación’ para sumarse a la campaña de vacunación con una tarea única: promover el voto del partido del Presidente con miras a las elecciones federales y locales de junio de este año.
En México, tal y como lo asegura la directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Gabriela Bucher, “somos testigos del mayor aumento de la desigualdad desde que comenzaron los registros”, “la profunda división entre ricos y pobres está resultando tan mortal como el virus” y “las élites viven y sobrellevan la pandemia con lujo, mientras que los que están en la primera línea luchan por poner comida en la mesa” de sus hogares.
La situación que vive México y el mundo nos hace recordar obras de la literatura universal que describen pandemias letales, como la peste bubónica, el cólera, la tuberculosis, etc., que, hasta antes de febrero de 2020, parecían formar parte de la ficción literaria y pertenecer al pasado, pero que hoy el COVID-19 las ha vuelto una realidad aterradora. Entre esas obras destaca Los novios, de Alessandro Manzoni, que narra una relación amorosa ubicada al norte de Italia durante las primeras décadas del Siglo XVII. Además de retratar una sociedad injusta y cruel, porque la pareja es de origen campesino, Manzoni describe cómo la peste bubónica cercenó la vida de 280 mil personas, algo que en el mundo y México se veía lejano, y no se creía que volvería a ocurrir.
Casi al final de Los novios hay algunos párrafos y frases que muestran el profundo drama humano generado por la peste bubónica: … “en la franja de territorio recorrida por el ejército se habían encontrado cadáveres en las casas, algunos en la calle. Poco después, en éste y aquel pueblo, comenzaron a enfermar, a morir personas, familias, de males violentos, extraños, con síntomas desconocidos a la mayor parte de los vivos”… “En esta calamidad he perdido los dos únicos hijos que tenía y a su madre”… “Se informaron del número de muertos: era pavoroso; visitaron enfermos y cadáveres y, por todas partes, encontraron las feas y terribles marcas de la pestilencia.”
México está en llamas. México está en terapia intensiva y, como escribe Manzoni, en sus casas desiertas y en las calles ya empiezan a encontrarse los cadáveres de las víctimas del COVID-19; la semana pasada, fueron hallados los restos de dos o tres personas de la tercera edad, que fueron abandonados por sus familiares en una calle de la Ciudad de México, porque estaban contagiados con el COVID-19. En México, el número de muertos no son 150 mil: la cifra más conservadora estima, al menos, medio millón y unos 40 millones de contagios. ¿Será cierto? Las autoridades aún ocultan las cifras verdaderas y lo que vemos diariamente nos advierte que nada es ficción, y que la cifra y las frases escritas en Los Novios, con relación a la peste bubónica, se han quedado muy cortas frente a lo que sucede en México. Por el momento, querido lector, es todo.