Esténtor Político
Los mexicanos hemos sido testigos de las grandes violaciones a la ley y los atropellos que el propio gobierno ha realizado con miras de dominio y control sobre todo el país. Las acciones que el Presidente implementa hunden más a México. En días pasados, la Oxfam dio a conocer que, debido a la pandemia por Coronavirus, 500 millones de personas en todo el mundo enfrentarán una crisis de hambruna y pobreza. La FAO, vislumbró para América Latina el mismo panorama.
Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, advirtió que el desempleo por paro de actividades ante el COVID-19 puede superar la tasa de 10.7% registrada en la crisis de 1995. El alza de precios de la canasta básica también juega como factor importante de la alimentación de los mexicanos, quienes sólo podrán adquirir los que puedan pagar los productos. El cierre de mercados para exportación e importación de mercancías ha obligado a los productores a implementar la venta local, cosa que también es insuficiente y no genera los ingresos esperados.
Con todo esto podemos crear una hipótesis certera del futuro que nos espera; México arde en manos del propio gobierno. Si no se toman acciones urgentes, se estima que 28 millones de trabajadores que laboran en sectores clasificados como “no esenciales” podrían quedarse sin empleo; y el poco avance económico de México podría retroceder hasta 20 años.
La teoría economía del señor López Obrador sólo empeora más la crisis que ya se vivía, pero ahora con más recortes presupuestales y con un plan económico ficticio. El diario internacional El País entrevistó al secretario de Hacienda, Arturo Herrera, acerca del actuar del gobierno con la pandemia. La entrevista titulada: “México no puede tener un programa de estímulo fiscal del tamaño de Alemania o Canadá”, llamó la atención de todas aquellas voces serias que ven la oscuridad que se esconde detrás de la 4T. En ella, Herrera defiende la política que se ha aplicado en México, y de los programas sociales implementados, cosa que difiere con la puesta en escena de otros países, no sólo comparándonos con otros países de Europa, si no con nuestros países vecinos.
Perú tiene un programa fiscal equivalente al 10% de su PIB para tratar de reactivar la economía; el FMI mide el PIB invertido de México en 0.5%, y según Herrera, la medición es del 1.5% del PIB para atender la crisis, con la cual se basa para decir que en México no hay condiciones para programas que estimulen más a la economía y recalcó que existen mayores restricciones. Restricciones que la misma administración ha colocado con terquedades políticas, “porque mi palabra es la ley” como dice la canción. De todo lo comentado en la entrevista, deja un mal sabor de boca y nos pone en qué pensar con la gran incapacidad que se tiene por nuestros gobernantes.
Es un error negar una crisis cuando ya la tienes encima y más cuando no haces nada. Sufrimos en términos de Salud, económica, energética y de pobreza. Esta afección tunde más México; mientras no haya voces nuevas y liderazgos diferentes, nada podrá cambiar para bien en México. En otro capítulo más de la historia de la 4T, ¡la ambición NO para!; la bancada morenista de la Cámara de Diputados pretende extender un periodo extraordinario para aprobar la iniciativa que daría al poder Ejecutivo, facultades discrecionales para el manejo del Presupuesto de Egresos de la Federación a través de la Secretaría de Hacienda.
Las bancadas de oposición se han negado rotundamente a tan grave violación inconstitucional. Porque de lo contrario, el poder legislativo se estaría cediendo al ejecutivo, en lugar de ser un contra peso -como tendría que ser en un estado de derecho como el nuestro- dos poderes se concentrarían en una sola persona. ¡Algo sumamente atroz!, ya se imaginará las consecuencias.
Lo que también se busca con la iniciativa es desaparecer el Fondo Metropolitano que afectaría gravemente a miles de familias de todo el país que viven en zonas conurbadas. ¿Y la gente que muere de hambre por la crisis?, por ahora, el gobierno tiene otras prioridades. Esto apenas comienza. La emergencia sanitaria no sólo funciona para prevenir contagios de COVID-19, sino para hacer y deshacer –de una manera grotesca- leyes que sólo buscan poder para Morena.
El clímax no político… Alejandro Murat… promesas incumplidas. Para cualquier político, en campaña o ya encumbrado en el poder, se le hace muy fácil prometer ayudas y apoyos a sus gobernados y sin ningún remordimiento o pudor, luego no cumplir y dejarlos, como se dice vulgarmente, colgados de la brocha. Así ha pasado en días recientes con el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, quien había asegurado que apoyaría a miles de oaxaqueños que militan en las filas del antorchismo de la entidad, que como todos los mexicanos tienen derecho a que sus gobernantes los apoyen sin distinción de partido.
Pues no pasaron ni dos semanas de que unas dos decenas de colonos se presentaron a Palacio de Gobierno para pedir apoyos, con las respectivas medidas de sanidad, cuando la gente del gobernador y él mismo, nomás no cumplieron sus promesas; eso sí, la inconformidad va creciendo en la entidad, porque como a nivel nacional, además de la crisis de salud se ha originado otra, que es la crisis por la falta de comida como consecuencia de que mucha gente, al «Quedarse en casa», no sale a trabajar y los alimentos ya escasean en sus hogares.
Pues hoy, en un medio que de imparcial sólo tiene el nombre, se publicó una repuesta del gobierno estatal y, con el estilito ya muy trillado que ya parece receta de cocina, medio disfrazada haciendo creer que el mensaje es para «todas» las organizaciones sociales de Oaxaca, se dice que ninguna de ellas ha realizado ningún acción de apoyos a sus militantes, simpatizantes o la ciudadanía y mencionó que un ejemplo es «Antorcha Campesina, que ha salido a los espacios públicos y principalmente al Palacio de Gobierno para solicitar liberación de recursos públicos para obras y proyectos», y la nota dice que «no obstante hasta el momento nada se sabe de apoyos, despensas a alguna forma de aliviar la crisis de sus simpatizantes».
El mensajero de la misiva debe saber muy bien, espero, que la organizaciones sociales tienen un fin y el gobierno estatal tiene otro; las primeras agrupan a los ciudadanos para un fin común y una de esos fines es exigir, precisamente, a que los segundos, los gobiernos como el de Alejandro Murat, cumplan con su deber y obligación, ellos sí, de apoyar y auxiliar a la población cuando más lo necesita como en estos tiempos de crisis porque los gobiernos sí tienen que apoyar a los ciudadanos porque para eso tienen recursos de la Federación y estatales, mismos que todos o la gran mayoría se recaban con los impuestos que pagan los mexicanos.
Pero como la intención es no atender las peticiones de la gente que milita en Antorcha, cuyo dirigente es Dimas Romero, y atacar aunque se tenga que mentir, ahí esta la información «imparcial» del medio oaxaqueño. Pero Alejandro Murat debería darse cuenta que los tiempos no son tan buenos como para estar del lado de su principal padrino político que despacha no en el palacio local, sino nacional. Si quiere ser un buen gobernante, estos son los tiempos, esta es la ocasión para demostrarlo. ¿Lo hará? Por el momento, querido lector, es todo.