Esténtor Político
La casa de Ángel no cuenta con servicio de agua potable, Estefanía, su madre, sufre diabetes; su padre es albañil y el Coronavirus no solamente dejó al pequeño de 7 años, que padece de insuficiencia renal, sin sus medicinas, sino también sin alimentos. Esta familia del municipio de Villa de Zaachila, Oaxaca, como decenas de miles en todo el país, ha sido ignorada por su gobernador Alejandro Murat y por el gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en sus peticiones de ayuda inmediata para sobrevivir a las crisis pandemia y alimentaria. Desgraciadamente esta familia no puede contarse entre las que podrán regresar a su trabajo con la “nueva normalidad”, simplemente porque el “empleo” para ella es escaso o no lo hay.
La cruel y desesperante realidad del sur del país no es en nada diferente a la de pueblos marginados de San Luis Potosí, Tabasco, Baja California o de la Ciudad de México, la gran metrópoli que se encuentra entre las 10 más grandes ciudades del mundo; aquí, en la administración de Claudia Sheinbaum, algunas alcaldías como Tlalpan, miles de mexicanos tampoco tienen agua y alimentos; familias pobres ya no les quedan opciones que protestar, -respetando las medidas de seguridad y cuidarse ellos mismos porque su autoridad no lo hará-, y exigir que la morenista Patricia Aceves, en Tlalpan, los atienda. Sin empleo y sin alimento para sus hijos, decenas de madres de familia les corren las lagrimas, no tan cristalinas, por las mejillas de sus rostros, el hambre seguida por la muerte ronda sus hogares, así se observa en cientos de videos que circulan en las que hoy para AMLO son las “malditas redes”.
Hasta hoy 19 de mayo, en el mundo, la pandemia generada por el COVID-19 ha provocado cuatro millones 804 mil 5 contagios y, lamentablemente, la pérdida de 318 mil 534 vidas humanas. Estados Unidos es el país más afectado con 1.5 millones de casos y al menos 90 mil muertes. México, que tiene el peor gobierno de la historia nacional, ya se encuentra entre los primeros cinco lugares, pues suma más de 51 mil contagios y cerca de seis mil defunciones, según cifras oficiales; aunque la realidad y los cálculos de especialistas aseguran que andaríamos cerca del medio millón de infectados y al menos unos 30 mil fallecidos, gracias a la absurda e irresponsable decisión del gobierno federal de ocultar las cifras reales de nuestro país.
El virus que ocasiona el Coronavirus se ha extendido en 188 países desde que fueron detectados los primeros casos en Wuhan en enero de este año, rápidamente se propagó y logró crear la pandemia aterradora que hoy sufre el planeta, pandemia que desde hace 100 años no había ocurrido y que encontró al mundo en crisis económica, política y social. Una vida política donde Estados Unidos lucha por sobrevivir como potencia ante el impacto y gran desarrollo de nuevas economías como las China y Rusia. En este panorama mundial los habitantes más pobres y desamparados de decenas de países, -con sus economías de tercer mundo y gobiernos que no saben dirigir los destinos de sus naciones-, son quienes más están sufriendo, ellos que son la clase trabajadora generadora de mucha riqueza pero que no disfruta de ella.
Ayer, por instrucciones gubernamentales se inició con la “nueva normalidad”, el objetivo era lograr que los trabajadores que laboran en algunas de las industrias principales se presentaran a trabajar, el objetivo se está logrando. Como segunda intención del gobierno se ha intentado que cientos de municipios piensen y sientan que ya pueden llevar una vida normal sin que pase nada con su salud; aquí, el invento fracasó porque en al menos 269 municipios de Jalisco, Puebla, Guerrero, Oaxaca y Chihuahua no están dispuestos a regresar a esa normalidad pues han expresado que aún hay brotes de coronavirus porque son poblaciones rurales e indígenas y, por tanto, más propensas a los contagios.
Sin embargo, el gobierno de la Cuarta Transformación sigue jugando, bajo la presión extranjera, con su estrategia para iniciar la reactivación económica, académica y social del país en 324 “municipios de la esperanza” que supuestamente están libres de contagio del COVID-19. Lo que no quieren darse cuenta, es que el fracaso se ve y se palpa por la sencilla razón de que la población ya se dio cuenta que los efectos, las cifras de contagios y las muertes son más de las que “Los López”, el de la presidencia y el de salud, aseguran que existen.
Por lo pronto, en la agenda mediática siguen las crisis y el llamado a la normalidad es sólo una maniobra política para ceder ante Estados Unidos y detener un poco la presión de los empresarios, porque lo que se aprecia es que la inconformidad de la IP sigue. AMLO ayer volvió a atacar a la iniciativa privada con una serie de adjetivos como «negocios sucios» o «contratos leoninos», su arrogancia es tal que hasta les dijo que deberían pedir disculpas al gobierno. Para AMLO y Morena lo importante es sacar raja de esta crisis y enfilarse a su promoción para las elecciones del año 2021; por otro lado, el pueblo mexicano también ya quiere llegar a esas urnas para empezar a cobrarse todo el dolor y daño que le han estado ocasionando.
El clímax no político… Y mientras el gobernador morenista de las recetas de cocina, Miguel Barbosa, sigue haciendo creer que tiene serias diferencias con AMLO y que no va a permitir que en “su entidad” se implante la “nueva normalidad”, una morenista muestra su rostro represivo. Y esto es así porque la mañana de este martes 19 de mayo, la policía municipal de Huejotzingo, encarceló a tres ciudadanos que realizaban una protesta en la explanada municipal.
Angélica Alvarado, actual alcaldesa, está utilizando la policía y detiene a menores de edad que acompañaban a sus madres, padres o hermanos a solicitar ayuda alimentaria ante los efectos de la pandemia en la entidad poblana; además se atrevió a encarcelar a tres líderes antorchistas que encabezaban a las familias de varias colonias y pueblos, las órdenes llegaron desde el escritorio de la presidenta municipal de Huejotzingo.
El encargado de hacer el trabajo a la alcaldesa fue el gorilato secretario de Seguridad de Huejotzingo, Maurilio Vázquez Diego quien ordenó a más de 100 policías que buscarán entre los manifestantes a los líderes Florenciano Pantaleón Atilano, Alejandro López Quiroz y a un joven de 16 años llamado Antonio G. quien están encarcelados injustamente; pero además, se suma que otro antorchista está desaparecido y de acuerdo a testigos, se asegura que fue levantado por varios policías municipales.
¿Qué responde ante esto la dirigencia nacional de Morena, Miguel Barbosa y Andrés Manuel López Obrador?. La alcaldesa de Huejotzingo es del mismo partido que el gobernador poblano y el mandatario nacional, pero todo indica que no se han dado cuanta, a lo mejor ni saben, que existe un dicho popular que reza: “cuando es demasiada la cera se quema la iglesia”. A Morena y a sus gobernadores eso les espera. Por el momento, querido lector es todo.