Esténtor Político
Dos noticias impactantes abrieron las dos primeras semanas de 2022 y ambas tuvieron que ver con la pérdida de vida de miles de mexicanos y con la indiferencia del gobierno morenista del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) frente a dos graves problemas: el alarmante aumento de la violencia delictiva, que en Zacatecas y Veracruz produjo masacres horrorosas; y la llegada a México de la temible variante ómicron delCOVID-19 que, según los expertos, genera 26 contagios por segundo y en menos de 24 horas produjo más de 30 mil.
La violencia en el país no es nueva y, en lo que va del sexenio morenista, la cifra de homicidios dolosos ascendía a 109 mil 942 hasta el 10 de enero. En los últimos tres meses de 2021, el desglose era: octubre, dos mil 704; noviembre, dos mil 593; y diciembre, dos mil 270. Además, el comparado entre el número de asesinatos cometidos en los 37 meses del gobierno lopezobradorista y el de los 37 meses de cinco sexenios anteriores evidencia la gran ineptitud del actual Gobierno Federal para enfrentar el problema de la inseguridad pública.
En los primeros 37 meses del gobierno de Carlos Salinas hubo 29 mil 621 homicidios dolosos; en los de Ernesto Zedillo 42 mil 426; con Vicente Fox fueron 31 mil 427; con Felipe Calderón 43 mil 525; con Enrique Peña 65 mil 834; y con AMLO ¡109 mil 294 homicidios!
En Veracruz, las cosas se han puesto muy calientes y en Zacatecas, entre el 25 de noviembre de 2021 y el 6 de enero de 2022, se registraron 155 homicidios relacionados con la delincuencia organizada, a pesar de que mil 200 elementos de la Guardia Nacional fueron enviados para realizar el Operativo Zacatecas II. Y fue ahí, en esa entidad, donde fueron colgados 10 cadáveres frente a las puertas del Palacio de Gobierno y donde recientemente los cuerpos de dos mujeres fueron arrojados a un tiradero para después prenderles fuego.
En los primeros 10 días de este año, la violencia delictiva produjo, al menos, 35 asesinatos y ni la autoridad local de Cuitláhuac García ni el Gobierno Federal han actuado con la prontitud necesaria y con las medidas indispensables para detener tan lamentables hechos, los cuales tienen aterrorizada a la ciudadanía. La preocupación social es tal que la Coalición Legislativa Va por México, integrada por los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), exigió a la administración federal que detenga la violencia porque los gobernadores de Zacatecas, Veracruz y Morelos han sido rebasados por la delincuencia organizada.
‘Hacemos un llamado al presidente Andrés Manuel López Obrador, así como a los gobernadores de dichas entidades y a las instancias de procuración de justicia de carácter federal y estatales, a fin de que se lleven a cabo las acciones a que haya lugar para frenar las masacres, esclarecer los actos de violencia (…), y recuperar la paz…’, asevera el texto de la alianza ‘Va por México’.
El llamado político está hecho; y mientras el pueblo reclama atención ante el terror que le producen tales sucesos horrendos, la respuesta de las autoridades locales y federales a sendas demandas seguirá en el aire.
Sobre el incremento en la incidencia criminal, unos plantean ‘ajustes de cuentas’ entre el crimen organizado; otros estiman que algunas de las autoridades no cumplen con sus tareas de seguridad pública y unos más aseguran que las masacres son planeadas desde una parte del poder y que esta comisión tiene tintes políticos.
La otra grave noticia que genera preocupación entre los mexicanos es el escandaloso aumento de los contagios provocados por la variante ómicron, así como la lentitud con que actúa el Gobierno Federal en la adopción de medidas pertinentes o para tomar decisiones erróneas, como es el caso de la orden de retornar a las clases presenciales pese a que la pandemia continúa golpeando. La cuarta ola de Covid-19 es minimizada por la autoridad; no se aplican pruebas masivas y no se brinda apoyo económico a las familias trabajadoras de escasos recursos para que reduzcan sus actividades externas y puedan resguardarse en sus hogares.
A partir del 6 de enero, México se convirtió en el país latino con más contagios de ómicron, el número de contagios no tiene precedentes; y las hospitalizaciones siguen creciendo. La respuesta que AMLO ofreció a una pregunta al respecto fue que esta variante no causa problemas graves y que no ha provocado un alza en hospitalizaciones. La misma actitud irresponsable adoptó su fiel discípula Claudia Sheinbaum, quien solo llamó a la población a no alarmarse y a no entrar en pánico ante el incremento de casos en la CDMX.
¡Sálvese quien pueda! Aparece así el llamado de un Presidente que declara que primero están los pobres y de una Jefa de Gobierno que aspira a mandataria del país. ¡Pobre México! Por el momento, querido lector, es todo.