Esténtor Político
En la gira de dos días que hizo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por la región del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, se dejaron ver bloqueos y toma del Palacio municipal de Juchitán; esto como muestras de inconformidad social y como espejo de que los habitantes de la zona no están de acuerdo con su proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, sobre todo porque está cometiendo muchísimos atropellos y despojos hacia los habitantes de las zonas donde pasará su ‘mega proyecto’.
El sábado 19 de marzo, segundo día de gira, -mientras AMLO en compañía (hoy ya bastante claro) del priísta-morenista Alejandro Murat Hinojosa supervisaban el rompeolas que según lleva un avance del 57%-, en Puerto Salina Cruz, asambleas comunitarias de Puente Madera, de la resistencia Gui’ xhi’ ro’, de Álvaro Obregón, de comuneros de Santa María Xadani y de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio, en modo de protesta instalaron un bloqueo carretero en el kilómetro 185 de la carretera Panamericana por la visita presidencial al calificar el proyecto interoceánico como su ‘magno Megaproyecto de despojo’.
Los manifestantes hablaron de conflictividad social en la región y señalaron irregularidades, por ejemplo, en la comunidad de Ixtaltepec, en donde el delegado en Oaxaca de la Procuraduría Agraria, Gonzalo Villalobos, y la residente en Tehuantepec, Lila Rodríguez Villanueva, han avalado el cambio irregular de la mesa directiva del Ejido, para beneficiar la instalación del Parque Industrial que se tiene proyectado en la comunidad.
También habitantes de Matías Romero protestaron y exigieron la renuncia del procurador agrario Ignacio Martínez Calderón por actos de corrupción y opacidad en detrimento de labriegos de esa zona del estado oaxaqueño; además, se ha reactivado el conflicto en la comunidad de Álvaro Obregón, debido a que en las recientes elecciones para Agente Municipal, en donde el municipio de Juchitán, encabezado por el reelecto Emilio Montero, está imponiendo a su candidato apoyado por Cesar Toledo, conocido como ‘Chemichi’ y quién ha servido de grupo de choque desde su primer período como presidente municipal por Morena.
Y más hacia la capital del estado, en Ciudad Administrativa, con un tercer plantón, habitantes de San Pedro Ocopetatillo han estado exigiendo que se realicen elecciones en su comunidad, esto porque desde el 17 de noviembre de 2019, se celebró la Asamblea General Comunitaria para elegir la autoridad municipal donde, con una inmensa mayoría de respaldo de los pobladores de la comunidad, fue electo Lucio Carrera Gamboa; sin embargo, por conveniencia política y por tentáculos políticos externos, de nivel estatal o nacional, no se ha dado formalmente el nombramiento al ganador como autoridad municipal; al contrario, existe inacción oficial y el municipio está en total abandono además de que la inseguridad comienza a ser el pan de todos los días.
¿Cuál ha sido la respuesta del gobernador pri-morenista Alejandro Murat? El menosprecio total hacia los campesinos, el engaño y la burla, pues ya en dos ocasiones, algunos de sus funcionarios cercanos han prometido una reunión con él para el asunto de Ocopetatillo y buscar solución a otros problemas de obra social que le fueron planteados prácticamente desde que arribó al poder hace seis años; pero, simplemente, el gobernador no se presenta a la cita; claro, no puede dejar plantado a quien, desde el 2018, tiene planeado entregarle el poder del estado y menos cuando ahí se está jugando su futuro político, pues de AMLO, muy seguramente, recibirá una embajada o un lugar ‘destacado y privilegiado’ en el gobierno federal de la 4T.
El lunes 21 de marzo, en la inauguración de la ¡más excelsa obra! (sic) de la 4T, del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, Alejandro Murat estuvo presente y en alguna de las preguntas que realizaron reporteros se le cuestionó sobre si ya hay arranque de su aspiración presidencial. Su respuesta fue que tiene ‘un modelo’ de gobierno que está dando resultados, que es el ‘Modelo Oaxaca’; modelo que, según él, se finca en los acuerdos, en la posibilidad de construir y no de destruir.
Pero resulta que ese ‘Modelo Oaxaca’ no existe; o, ¿por qué entonces, el PRI oaxaqueño no tiene ninguna posibilidad de ganar las elecciones estatales?, es ya vox populi en la entidad que Morena está 3 a 1 en el camino ya iniciado para la sucesión gubernamental y que eso se verá reflejado en las urnas de junio de 2022. Es más, el pasado reciente le truena los dedos en la cara a Alejandro Murat y le recuerdan que el priismo local en las elecciones de 2021 perdió casi todo: las 10 diputaciones federales, 23 de 25 curules locales de mayoría, y los municipios de mayor importancia, incluida desde luego la capital oaxaqueña.
Alejandro Murat ya no le bastó el ‘rostro bonito’ para gobernar. Le hicieron falta verdaderas acciones políticas que atacaran de fondo los problemas sociales de los oaxaqueños como la pobreza y marginación, como la atención a la salud y el impulso de una educación de calidad. Murat Hinojosa fue soberbio para gobernar, se distanció y se le vio, durante estos seis años de gobierno, muy alejado de sus gobernados, con decirte, caro lector de Esténtor, que hasta Ivette Morán, su esposa, ha tenido una mejor evaluación.
El ‘Modelo Oaxaca’ que pretende presumir Alejandro Murat no lo conocen los oaxaqueños y las oaxaqueñas y si está pensando o tiene aspiraciones presidenciales el lastre que más problemas le traerá es no haber cumplido su palabra de gobernar bien y atender las más sentidas demandas de la población; según sus propias palabras, Oaxaca es ‘el estado que mayormente ha reducido la pobreza en el país, en donde hay gobernabilidad; en un estado que recibí en un colapso social, y por supuesto donde hay seguridad’; sin embargo, la terca realidad dice otra cosa.
Oaxaca es segundo lugar nacional en feminicidios, en dos años de pandemia acumuló más de 120 mil casos; siete de cada 10 menores viven en condiciones de pobreza, cuatro de cada 10 no tienen servicio médico, uno de cada tres no tiene alimentación frecuente y seis de cada 10 habitan en viviendas sin servicios básicos, todo esto hace que Oaxaca sea el tercer lugar del país con mayores niveles en este sector, sólo por debajo de Chiapas y Guerrero. En lo que se refiere a la violencia la cifras van al alza…, entonces, ¿cuál es el tan presumido ‘Modelo Oaxaca’? Nomás no existe y no lo hay por ningún lado.
El desprecio de Alejandro Murat Hinojosa hacia los oaxaqueños fue durante seis años; la inacción gubernamental se está manifestando hasta en los últimos meses de gobierno que le van quedando; meses, por cierto, donde se está generando mayor inestabilidad y más inconformidad sociales, algo que podría generar una mayor violencia y donde el único responsable será el propio gobernador con todo su aparato estatal; sin embargo, esto, al último falaz gobernante de la dinastía muratista, parece ya no importarle en lo más mínimo. El camino de su aspiración presidencial tendrá que ser de nubarrones y completamente nublado. Por el momento, querido lector, es todo.