En la CDMX hay miles de campesinos. Según cifras del Inegi, más de 21 mil hectáreas en la capital están dedicadas a la agricultura, y el 59% de esa área está en las alcaldías de Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco. Aunque muchos piensen que la ciudad es solamente áreas urbanas, la realidad es que gran parte de nuestra comida proviene de estas áreas rurales dentro de la capital.
Sin embargo, los campesinos de la CDMX están siendo invisibilizados. Nos hemos acostumbrado a pensar que los campesinos sólo existen en áreas alejadas, pero nada más lejos de la verdad. Estos trabajadores de la tierra luchan día a día para cultivar alimentos en condiciones adversas, enfrentando desafíos como el cambio climático, la urbanización y, más recientemente, las terribles inundaciones.
Uno de los casos más críticos es el de los campesinos de San Andrés Mixquic, en la alcaldía Tláhuac. Las lluvias de julio, agosto y septiembre han dejado más de treinta hectáreas afectadas, es decir, más de mil 20 productores, jornaleros y arrendatarios han visto cómo sus tierras han quedado bajo el agua. Hortalizas como lechugas, brócoli y cilantro, entre otros cultivos, se han perdido por completo.
Después de que los campesinos no recibieran respuesta del gobierno local, decidieron protestar pacíficamente. Gracias a esto, lograron una cita con funcionarios, que previamente les había sido negada. Sin embargo, el gobierno morenista a través de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural sólo les otorga a los compañeros un seguro de pérdidas totales de apenas tres mil pesos. ¿Cómo es posible tanta insensibilidad? ¡Tres mil pesos para todas las pérdidas que han tenido! Para que se den una idea, una lata de semilla de brócoli cuesta… ¡Veinte mil pesos! ¿Cómo se supone que los campesinos pueden recuperar lo perdido con esa cantidad tan insuficiente?
Las inundaciones no sólo son un problema natural, sino también un problema de gestión. Los campesinos de la Ciudad de México llevan años enfrentando un abandono sistemático. A pesar de producir alimentos vitales para la ciudad, rara vez reciben los apoyos necesarios. La falta de infraestructura adecuada para prevenir inundaciones en estas zonas agrícolas es un reflejo de la negligencia del gobierno.
Según datos del propio gobierno de la CDMX, en 2023 se presupuestó un gasto de 248 mil millones pesos, así es, oyó bien… ¡248 mil millones de pesos! De lo cual muy poco o nada llegó a las áreas rurales de la CDMX. Y ahora, cuando estas comunidades enfrentan desastres naturales, la respuesta del gobierno sigue siendo insuficiente y decepcionante.
El gobierno local ha promovido la idea de un ‘Gobierno con acento social’, pero las acciones muestran otra realidad. Mientras los campesinos sufren los efectos de las inundaciones y la falta de apoyo, el eslogan parece más una fachada que una verdadera política de asistencia. Es preocupante que, en una ciudad que se proclama defensora de los más vulnerables, los campesinos, quienes son pieza clave en la producción de alimentos, sean tratados con tanta indiferencia.
Quiero hacer un llamado a todos los campesinos de la CDMX que están pasando por situaciones similares. No están solos. Los invitamos a que se unan a nuestra lucha. Necesitamos organizarnos para presionar al gobierno y exigir soluciones reales. Sabemos que la única manera de que nuestras voces sean escuchadas es a través de la lucha organizada.
Si tú, o alguien que conoces, está enfrentando pérdidas por las inundaciones o por la falta de apoyo gubernamental, te invitamos a que nos contactes. Juntos podemos hacer que el gobierno realmente apoye a los campesinos de la CDMX.