Esténtor Político
Desde @IglesiaMexico, cuenta oficial de Twitter del Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el 31 de octubre se publicó el tuit: “Ningún ciudadano y menos los gobernantes que juraron guardar la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, tienen derecho a impulsar reformas que eliminen o comprometan la fortaleza de las Instituciones que son el soporte del Estado Mexicano, como es el caso del INE y TEPJF”; el mensaje es claro, preciso y marcó la posición de los Obispos Católicos de México, con respecto a la Reforma Electoral que ha planteado el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su Cuarta Transformación.
El comunicado con número 157/22 comienza haciendo un reconocimiento a la labor que han realizado el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) en la vida democrática del país. “Se trata de una Institución ciudadana que ha madurado gracias a su autonomía de los poderes políticos y, en estrecha relación con la ciudadana y la pluralidad de los partidos políticos, ha permitido durante los últimos 25 años la realización de procesos electorales (generales y locales) justos, equitativos, abiertos, transparentes y confiables, de forma legal y pacífica, para la renovación de los cargos de elección popular”.
Para cualquier ciudadano medianamente informado sobre el acontecer político y que ha ido a las urnas en eleciones locales y federales a emitir su voto, tendría que estar de acuerdo con estas declaraciones de la Iglesia católica; y más, cuando se sabe que tanto priistas, panistas, perredistas, verdeecologistas y los mismos morenistas, gracias al trabajo del INE, han llegado al poder político y fue ese Instituto quien les garantizó democracia plena, elecciones estables y justas.
Entonces, ¿los mexicanos tendríamos que permitir que AMLO, la 4T y Morena sigan atacando al INE y ahora quieran, con una reforma electoral, anularlo y si fuera posible eliminarlo? La respuesta deberá ser un rotundo no; y el argumento es que el INE y el TEPJF “son el resultado de la lucha y compromiso de miles de mexicanos de la sociedad civil, y de todos los signos partidistas, quienes lograron abrir caminos para la democracia real en México”. El INE, que acaba de cumplir 32 años de vida, lo debemos defender todos los mexicanos por la sencilla razón de que es de todos y, por tanto, es a nosotros a quienes nos corresponde decidir su futuro y calificar el desempeño que ha tenido.
Desde que Obrador llegó al poder tenía claro que el INE le sería ‘un estorbo’ para perpetuarse en el poder y es así como se explica toda la campaña de desprestigió que él mismo empezó y que ha dado seguimiento desde sus mañaneras, incluidas las ya no tan benditas redes sociales. El objetivo era y es que el Presidente quiere control total y absoluto del INE y como no lo logrado, ahora quiere suprimirlo; lo mismo hizo por ejemplo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, La Comisión Reguladora de Energía; o más claro aún, lo que se hizo con el Instituto Mexicano de la Radio o la Agencia de Noticias del Estado Mexicano (Notimex).
Los primeros ataques de AMLO hacia el INE fueron con su argumento trillado de corrupción (hoy Morena y el mismo AMLO son más corruptos que cualquier otro corrupto), señalando salarios estratosféricos de los consejeros, esto, como es sabido, se dio cuando AMLO nombró a cuatro nuevos miembros del INE para remplazar a otros cuyo periodo legal había concluido.
Una segunda campaña, más agresiva, se dio cuando el Consejo General del INE decidió hacer efectiva la disposición legal que prohibe a los funcionarios del gobierno hacer campaña con dinero público para apoyar a sus candidatos, así como publicitar la obra del gobierno presentándola como si fuera logro de su partido; el ataque político subió de tono hasta que AMLO acusó al INE de ser “enemigo de su gobierno, de atentar contra su derecho a la libre expresión y manifestación de sus ideas”, (sic).
La Reforma Constitucional en materia electoral es regresiva, un ataque y agravio a la democracia de México porque pretende inclinar la balanza en favor del Gobierno Federal en los próximos comicios electorales, sobre todo en los del 2024. De acuerdo a lo propuesta se crearía el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) para sustituir al INE; los consejeros electorales disminuiría de 11 a siete, que serían propuestos por medio del voto popular mediante una lista de perfiles elegidos por las Cámaras de Diputados y Senadores, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el titular del Ejecutivo Federal (mire nadamás) y también se eliminarían 200 diputados y 32 senadores, reduciría el financiamiento de los partidos políticos y redefiniría el concepto de ‘propaganda’ para que el gobierno se pronuncie durante las elecciones; una reforma electoral a modo y a capricho del señor presidente.
Todo está pensado para favorecer a Morena y López Obrador que, a decir de politólogos y analistas serios, el poder los ha enfermado tanto que incluso AMLO ya no debería estar gobernando. Por lo pronto, todos los mexicanos debemos garantizar que no se ponga en riesgo la estabilidad y gobernabilidad democrática del país o las consecuencias serán fatales para todos. Por el momento, querido lector, es todo.