Esténtor Político
Dos temas han sido los más mencionados en la semana y también los que más reacciones de inconformidad ciudadana han generado, sobre todo, en las Redes Sociales que para este gobierno ya no son tan ‘benditas ni buenas’: la serie de apagones que comenzó en el norte del país y que se ha extendido a casi todas las entidades; y la petición o exigencia de que al morenista Félix Salgado Macedonio, se le castigue por el delito de violación y que se le prohíba ser el candidato a gobernador del Estado de Guerrero.
Desde mi punto de vista, ambos temas abonan a la ya muy generalizada inconformidad y malestar social que vive México. La denuncia se enfocó, sobre todo, vía las redes sociales, pero la percepción es que ese malestar está llegando más allá de ese sector que se informa de inmediato con Twitter, Facebook, Instagram o Youtube.
Ambos temas han sobrepasado las fronteras informativas digitales e impresas y sigue generando, conforme avanzan las horas, alguna reacción en una buena parte de los mexicanos.
Sobre los apagones, lo más reciente fue ver al presidente López Obrador invitar a los mexicanos a que apagaran la luz entre las 6 de la tarde y las 11 de la noche, debido a que no hay gas, hecho que generó los primeros apagones fuertes en Chihuahua y varios estados del norte del país; la petición presidencial la acompaña otra frase, al estilo muy particular con todas sus narrativas de presentarse como un gobierno que quiere seguir aparentando que le importa (sic) a los mexicanos al decir que no lo había pedido antes “para no alarmar”.
Dos cosas podemos concluir de esto: primero, que el gobierno es incapaz de suministrar energía eléctrica a todos los mexicanos y ahora les tienen que tasar el servicio y pedir que “se gaste menos o que se ahorre”; también debemos entender que el Gobierno Federal no hace de la CFE una empresa sustentable; por ejemplo, al no aceptar que se incursione en las energías renovables.
Segundo, que López Obrador, al señalar que no se había pedido antes que los mexicanos apagaran luz en tal horario, confiesa automáticamente que él (y su gabinete por deducción) sí sabían y estaban conscientes del mega-problema que se vendría con los apagones, todo indica, programados, con la falta de gas en el país, algo que es de absoluta y total responsabilidad del Gobierno Federal en turno porque no previno y, sobre todo, no buscó invertir recursos para evitarlo con tiempo; más bien, se esperó a que la solución la dé y tenga que cargar cada mexicano reduciendo el uso de la energía, esto sin entrar en detalles de los efectos que ya empezaron pero que no terminarán pronto: paros escalonados y definitivos en cinco estados, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), pero también se está afectando ya en las algunas clínicas y hospitales, incluso donde se atienen pacientes de COVID-19; la industria de alimentos también será afectada; por ejemplo la afectación hacia las maquiladoras del norte del país ya es visible con cuantiosas pérdidas económicas.
Y… ¿qué decir de la inconformidad de que Félix Salgado sea candidato morenista a gobernador por Guerrero, pues es acusado de presunto delito de violación y que no ha sido castigado? Más descomposición de la clase política, más gasolina al fuego porque de ser culpable y más aún, ‘permitir’ que él arribe al poder de Guerrero sería como poner la Iglesia en manos de Lutero. No hay ninguna duda de que ya los hechos y sucesos que vemos a diario tienen tintes electorales e incluso, quienes exigen justicia y atención pudieran tener ese sesgo, pero el hecho ahí está y una autoridad superior, como lo es el mandatario López Obrador, tiene la obligación hacer justicia y aplicar la ley.
¿Y cual es la respuesta federal? Un “¡Ya chole!” que con justa razón volvió a generar indignación entre miles de tuiteros. El reclamo original fue hecho por mujeres que pidieron no proteger a Félix Salgado y evitar que un presunto violador sea Gobernador; el “ya chole” más el tono de burla de AMLO para atender la situación, le costó muchísimo desprestigio con tendencias en Twitter como: #YaCholeConElMachismo, #YaCholeConElPactoPatriarcal, #YaCholeConLaViolencia, #YaCholeConElDesabastoDeMedicinas.
López Obrador puede tener razón cuando declaró que detrás de la inconformidad contra Félix Salgado hay interés político para evitar que sea candidato; pero las denuncias por violación y agresión sexual ahí están y, al parecer, existen pruebas evidentes de ello.
Pero cuando AMLO asegura que “Independientemente de que se trate de una demanda legítima (OJO, MUCHA ATENCIÓN AQUÍ AMIGO LECTOR) y un asunto delicado, de todas maneras. Existo porque dudo. ¿O vamos a seguir siendo objeto de manipulación por intereses? Ya, como dicen algunos ¿no?, ‘ya chole’”. Y, volviendo a su retórica, retoma su discurso de que “si nosotros padecimos eso durante años, ataques tras ataques. Entonces, ¿cómo no voy yo a estar desconfiando…”; el mandatario recurre a sus frases de loro mal amaestrado y no escucha a los inconformes, no busca mecanismos para que sean atendidos y sobre todo, si así se requiere, hacer justicia y aplicar la ley si se comprueba las denuncias.
AMLO y Morena quieren proteger a Félix Salgado y lo quieren llevar a como de lugar al puesto de gobernador de Guerrero y para eso están dispuestos a pisotear la ley y nuevamente a engañar y manipular a la población desde su mañanera. Las cosas, sin embargo, ya no parecen seguir el mismo curso, porque las denuncias y la inconformidad ya está llegando, cada vez más, a las capas populares, aquellas que en el 2018 votaron por Morena y por su 4T; hoy las cosas y pronósticos ya no se alinean y Obrador está dispuesto a jugarse todo desde el poder político que controla a diestra y siniestra.
La oscuridad que vive México con AMLO y su gobierno de ‘Transformación de Cuarta’ va más allá de los apagones; esto sólo es un reflejo más de la crisis política, económica y social que desde diciembre de 2018 se vienen ahondando y perjudica a todos los mexicanos; es una expresión más de que el modelo económico que mueve al país convulsiona y no necesita aspirinas o ‘mejoralitos’ para curarse; necesita una clase política nueva, necesita una forma de gobernar diferente porque la que hay es obsoleta; se requiere un gobierno que salga del mismo pueblo, con políticos jóvenes y con verdaderos deseos y proyectos de sacar a México de la pobreza, marginación y abandono en el que está sumido.
El pueblo va a despertar y cuando lo haga, que los gobernantes actuales estén confesados, porque el pueblo organizado, educado y unido no perdona nada. Al tiempo. Por el momento, querido lector, es todo.