Esténtor Polítiico
Un Zócalo vacío, sin multitud y un sólo hombre gritando desahuciado y acabado por sus mentiras y demagogias generalizadas. Así llega a sus tres años de gobierno el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Resultado de su ignorancia e inhumano actuar frente a la pandemia de COVID-19, violencia, desastres naturales y creciente pobreza.
Las arengas que pronunció AMLO fueron acompañadas del silencio, pero al mismo tiempo del grito de millones de mexicanos que piden cambiar el rumbo de un país que está en el bordo del abismo y del caos. Pensar que el presidente pudiera reaccionar a su desastre con medidas eficaces y bien pensadas que llevara al país a una recuperación económica es, aún, un reclamo que hacemos los mexicanos, pero que no se ve para recuperar y superar los niveles prepandémicos.
Justo en este momento en el que se envió el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2022 (PPEF 2022) a la Cámara de Diputados, debiera discutirse algún plan para evitar más contagios, muertes y consecuencias de la pandemia. Sin embargo, lo que veremos el futuro es otro año de abuso del presupuesto y despilfarro en juguetes del presidente, como la Guardia Nacional y sus megaproyectos. Y tampoco se ve una partida en concreto para adquirir vacunas y comenzar a vacunar a los menores de edad, que tanto se ha negado el Gobierno Federal, porque ahí sí se presenta un gasto.
Pero siendo realistas, el país se ha convertido en un cementerio en donde el sepulturero es el mismo presidente, que hasta la fecha lleva más de 300 mil muertos entre la pandemia y los homicidios, pero que su silencio se siente en millones de hogares que sufren, lloran o apenas logran sobrevivir debido, en parte, a que la canasta básica de alimentos cada vez está más por los cielos y el empleo sigue escaseando; apenas, entonces, las familias consiguen algunos pesos con algún empleo informal para llevar un plato de frijoles a la boca.
Siguiendo la misma política de austeridad en el manejo de la pandemia, es muy probable, según investigadores de Japón, que en los próximos meses el virus de COVID-19 mute, por lo que lo haría inmune a las vacunas logradas hasta el momento, y en nuestro país, donde uno de cada cuatro mexicanos está vacunada completamente, será aun más catastrófico. El regreso a clases es un factor más de contagio a casi ya la tercera semana de su inicio que reportan ya entre 10 y 15 mil niños contagiados.
El grito al vacío se vuelve la herencia de la 4T, el futuro de Morena, que pasó de ser aplaudido a ser repudiado, y sabiendo de su negligencia busca continuar en el poder buscando ya a sus ‘mejores cuadros’ y todas las cartas se dirigen a Claudia Sheinbaum, la favorita de AMLO, pero que en su mismo séquito de poder no están muy de acuerdo; es más la reciente reunión de Ricardo Monreal con Marcelo Ebrard lanzaron un mensaje no muy agradable contra la posible decisión del inquilino de Palacio Nacional.
Por otro lado, en la discusión del PPEF 2022 se requiere que se obligue al Gobierno Federal y se asigne parte del presupuesto para detener la ola de muerte que azota al país. Equipar escuelas para evitar más contagios en menores de edad, que de acuerdo a los datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), han incrementado con la Variante Delta en América, pues el 95% de los casos lo presenta. Además, se deben mejorar los hospitales para reducir la asistencia de ventiladores mecánicos que aumentan la tasa de mortalidad.
Hemos llegado a un punto en el que México, en sólo tres años, se ha convertido en un desastre gracias a un gobierno que privilegió la demagogia, tomando como discurso permanente terminar con la corrupción para acabar con todos los males del país; la respuesta, sin embargo, ha sido negativa, la corrupción sólo cambió de máscara y la realizan los mismos políticos, entre ellos los morenistas; de los demás problemas que sufre el país sólo se han acrecentado y amenazan y suman a una inconformidad mayúscula, incluso, peor que antes de la pandemia y que del 2018 cuando Obrador tomó el poder. La herida en el pueblo mexicano sigue abierta y conforme avanza el sexenio se vuelve más mortal; la culpa total es del mandatario López Obrador, excelente demagogo y pésimo gobernante. Por el momento, querido lector, es todo.