En días recientes, quizás solo desde los primeros días de este mes, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), “ha intentado” comunicarse menos agresivamente con quienes lo critican; tal vez debido a que en sus visitas a algunos estados, tuvo que enfrentar reclamos de atención. Además, insiste en presentarse como un hombre sencillo que, dejando a un lado la opulencia, viaja a Estados Unidos (EUA) en vuelo comercial. Se le vio salir de Palacio Nacional en su modesto vehículo, llegar al aeropuerto cargando su propia maleta y con cubreboca, que no había usado durante toda la contingencia sanitaria.
Esta conducta, para nada casual, puede atribuirse al deseo de revertir el descenso en su popularidad, reportado en varias encuestas entre mayo y junio; tendencia que inició a partir de que se detectaron los primeros casos de COVID-19 en México y que ahora le ha restado 23 puntos. La encuesta de Enkoll arrojó que las medidas adoptadas por el Gobierno Federal fueron aprobadas solo por 38% de los encuestados, mientras que el 59% las desaprobó.
El Gabinete de Comunicación Estratégica también publicó una encuesta; en ella, 67.2% de los consultados consideró que las autoridades sanitarias no estaban organizadas para enfrentar la pandemia; 59.3% opinó que la reapertura gradual de actividades económicas debió esperar más días; 62.1% estimó que el gobierno no tiene bajo control la pandemia y sólo 33% evaluó positivamente su manejo de ésta.
A finales de enero de 2019, a solo dos meses de que asumiera la Presidencia, 86% de los entrevistados aprobaban el trabajo de AMLO; y a finales de junio y principios de julio, solo el 52.8% estaba de acuerdo con la estrategia que el gobierno siguió durante la pandemia; y 44.8% la desaprueba.
El estudio más reciente de Consulta Mitofsky reveló que la aprobación de AMLO llegó al 46.1%, el nivel más bajo desde que la agencia de Roy Campos inició el conocido #AMLOTrackingPoll.
Los datos, publicados el lunes 22 de junio revelan que la imagen del tabasqueño ha descendido a partir del incidente conocido como el “culiacanazo”, aunque la encuestadora concluye que el rubro que más lo ha dañado es el mal manejo del COVID-19.
Independientemente de los estudios de opinión –algunos susceptibles de manipulación por parte de las empresas– la realidad es que a dos años del triunfo electoral de AMLO y a 20 meses de su ascenso a la Presidencia, los problemas más graves del país –pobreza generalizada, desempleo, inseguridad pública, violencia delictiva, corrupción y un muy largo etcétera– se han complicado mucho debido, en gran medida, a su autoritarismo, ignorancia y manifiesta ineptitud para gobernar.
Pero la realidad es tan terca que hoy vemos que AMLO y sus asesores reconocen su bajo porcentaje de aceptación e intentan cambiar su forma de comunicarse, empleando un discurso aparentemente más sobrio, que les evite confrontaciones. La pregunta es: ¿logrará el Presidente mantener el tiempo suficiente esta conducta o retornará muy pronto a su política de enfrentamiento contra quienes considera sus enemigos?
Mientras tanto, los mexicanos deben perseverar en sus reclamos de combate as la desigualdad, empleo para las familias, salario remunerador, para que los pueblos y colonias accedan a obras y servicios públicos de calidad y para que el gobierno aplique una política fiscal con la que paguen más los que más ganan.
Pero los planes del gobierno morenista son otros; con la mirada fija en las elecciones del 2021, solo se preocupa por conservar el poder. AMLO ya está en campaña, y la imagen de Presidente mesurado no es más que otro engaño para lograr que los mexicanos voten de nuevo por su partido.
AMLO no está por la democracia; sus ataques al Instituto Nacional Electoral y a los organismos electorales de los estados obedecen al mismo propósito fraudulento. El gobierno morenista hará lo mismo que en los 20 meses anteriores: empeorar la economía, el desempleo y los ingresos de los mexicanos, aumentando las cifras de pobreza –que ya alcanzan a más 100 millones– y creando un caldo de cultivo para la violencia y la inseguridad.
Es un grave error no aceptar la realidad, negar la pobreza en que viven millones. Que nadie lo olvide: AMLO y Morena engañaron a los mexicanos para que votaran por ellos y hoy, ya encumbrados en el poder, se han olvidado del pueblo. Educar y organizar a esos millones de mexicanos defraudados para que en 2021 haga valer la democracia. Por el momento, querido lector, es todo.