Esténtor Político
La mayoría de los mexicanos tiene claro que, para estudiar una licenciatura, se requieren recursos económicos, tiempo y esfuerzo; y que, al término de la carrera, ‘habrá’ algunas posibilidades de acceder a fuentes de trabajo ‘mejor’ remuneradas. Antes bien, para lograrlo, no es suficiente el papel que los acredita como ‘licenciados’, sino que implica conocimientos, habilidades y capacidades que les hayan aportado los estudios profesionales.
En México, el presupuesto destinado a las instituciones de educación superior no es suficiente para satisfacer la demanda de todos los jóvenes que desean adquirir un título universitario. Este déficit indujo al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a prometer mayores oportunidades educativas para los jóvenes de las comunidades marginadas, donde no existen escuelas de educación superior. Fue así como se creó la Universidad para el Bienestar Benito Juárez García (UBBJG), cuya oferta sería gratuita e integrada a 30 programas prioritarios de su gobierno, iniciado en 2018.
¿Qué ha pasado con esas universidades? ¿Se cumplieron sus objetivos de brindar oportunidades educativas a los jóvenes de las regiones y pueblos muy alejados? ¿Existe garantía de que sus egresados consigan un buen empleo?
En 2019, cuando se creó la UBBJG, se le destinaron mil millones de pesos (mdp); a finales de 2022 ya había 145 sedes, supuestamente con más de 60 mil estudiantes; y Raquel Sosa, su directora general, se comprometió a fundar otras 55 sedes para 2023. Todo indicaba que el compromiso se cumplía. Pero ¿a qué costo? ¿Realmente los mexicanos que acceden al nivel superior son ahora más numerosos y calificados?
La respuesta es no. En las unidades de las UBBJG faltan docentes a pesar de que los alumnos inscritos son numerosos. Comparada con la de otras universidades, la relación docente/alumno carece de la proporción idónea: mientras la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) tienen 19 docentes por cada 100 alumnos, la UBBJG apenas cuenta con dos por cada 100 estudiantes. Éste es el caso de la sede ubicada en Malinaltepec, Guerrero, donde un par de maestros atiende a 112 alumnos (56 cada uno) inscritos a la licenciatura en medicina integral y comunitaria.
Además, en los programas de estudio de las UBBJG falta claridad y sus sedes se hallan en malas condiciones, a decir de sus propios alumnos. En abril de 2022, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) denunció que la UBBJG no entregó títulos universitarios a los jóvenes que habían terminado sus estudios y cumplido todos los requisitos para graduarse. Ese mismo año, estudiantes del plantel Tlalpan se manifestaron frente a Palacio Nacional para exigir recursos, instalaciones dignas y la contratación de maestros o capacitación de los ya existentes.
En el portal del Gobierno de México, consultado el 23 de abril de 2024, se informa que la UBBJG tiene 203 sedes en 31 entidades, cuenta con 33 mil 500 estudiantes y más de 700 docentes. Si la información ofrecida por Raquel Sosa a finales de 2022 fue cierta, cuando aseguró que había 60 mil estudiantes en 145 sedes, resulta por demás claro que ha desertado casi el 50 por ciento de los alumnos inscritos; o existe tal reducción o el Gobierno Federal ha mentido otra vez.
La UBBJG se creó por decreto presidencial el 30 de julio de 2019 con el objetivo, según AMLO, de ‘brindar alternativas en los servicios de educación superior gratuitos y de calidad a los jóvenes‘. Pero ahora, cuando su gobierno está por terminar, la infraestructura de las sedes es mala, insuficiente o inexistente; la calidad educativa es deficiente debido a la falta de formación académica de los docentes y porque no se cumplen los planes de estudio.
Primero se anunció la creación de 100 universidades; luego se dijo que iban a ser 200. En 2023 y 2024 se destinaron mil 500 mdp anules para todas. ¿Cuánto más dinero se destinará a un proyecto fallido del que no es posible esperar buenos abogados, licenciados, doctores, ingenieros, aunque egresen provistos del título que los acredite como tales?
Las UBBJG son otro fracaso del sexenio que ya termina y un tropiezo de la educación de nivel superior, porque sus egresados difícilmente poseerán los conocimientos esperados en un profesionista; estos jóvenes sólo habrán perdido su tiempo; aunque permanezcan como votantes cautivos de Morena, cuyo gobierno empeoró la educación básica y superior del país. Por el momento, querido lector, es todo.