Estertor Político
Las dos últimas semanas no han sido nada agradables para el presidente López Obrador y siguen sumando a la ya muy generalizada opinión de que el gobierno, en manos de AMLO y Morena, no da una y sigue destruyendo a México. El hombre de Palacio Nacional sigue creyendo que está en campaña y que tiene el respaldo popular de los 30 millones que votaron por él en el 2018, algo que ahora es una completa ilusión y no es porque venga de los fifís, conservadores o de la ‘mafia del poder’, si no porque la realidad que viven los trabajadores, las amas de casa, los estudiantes, profesionistas y cualquier mexicano, hablan de que nuestra nación se cae a pedazos por culpa del Gobierno Federal.
Lo más reciente es la primera cumbre trilateral con los mandatarios de Estados Unidos, Joe Biden y con Justin Trudeau, de Canada; al parecer la importante fue un recuento de la importancia del TMEC a tres años de que entró en vigor y darse cuenta qué tanto se ha fortalecido y, sobre todo, si estaría o no cumpliendo lo signado aquel 2018 entre los tres socios y así reafirmar acuerdos o relanzar nuevas acciones para que se siga al pie de la letra ese compromiso.
La pandemia del COVID-19, la competitividad en la región y el impulso de un crecimiento equitativo y un análisis sobre, -el ‘dolor de cabeza’ para el poder político gringo y de nuestro país-, la migración eran, sin duda, los temas torales de la cumbre, aunque todo indica que el sector energético era otro de los puntos de fondo que no podía dejarse de lado debido a que los contratos y las inversiones se ven afectadas por los cambios que se ha propuesto el Gobierno Federal morenista de nuestro país con la reforma energética.
Y precisamente esto, la Reforma Energética, es otra de las grandes preocupaciones de AMLO y de Morena, sobre todo a raíz del ‘atraco’ y la imposición que el sábado pasado hicieron los diputados de Morena en el Congreso de la Unión al haber votado un Presupuesto de Egresos de la Federación 2022, sin modificarle nada, ni una coma. Esta acción de inmediato, por parte de la oposición, hizo que el polvo se levantara y que se afilaran las machetes; también relucieron las declaraciones de que los acuerdos no se cumplieron y que AMLO se tenía que enfrenar, ahora, con un dique que se había fortalecido para no aprobar la reforma eléctrica del morenismo.
Hubo incluso, de inmediato, reacciones del propio López Obrador para que se lanzara el mensaje de que toda la caballada se tendría que soltar para presionar y esa reforma salga a como de lugar; decían algunos analistas y opinadores serios que ahora sí soltaría ‘el tigre’ y hasta las calles se iban a llenar; claro, las circunstancias y los momentos no son los más adecuados para semejante baladronada, porque una convocatoria de un gobierno federal que tienen más odio y repulsión que apoyo popular, evidentemente fracasaría. Pero el llamado ahí estaba y denota que AMLO no puede dormir porque no encuentra la forma de cómo convencer al priismo o a la oposición para que vote su tan anhelada reforma.
Más allá, unos días antes, de estos dos temas de AMLO estuvo la ‘boda incómoda, evento que en realidad, ahora se puede afirmar, sólo fue el pretexto para sacar del camino a un hombre que para el mesías de Palacio Nacional ya era incómodo, un Santiago Nieto a quien le reclamaba su jefe inmediato, (el mismo del que recibió la orden de congelar cuentas a organizaciones y líderes inocentes que con el tiempo se demostró eran viles ataques mediáticos y abusos de poder y la persecución a los que cree son ‘enemigos’ de la 4T) la mala «imagen» que se estaba dando entre él y Gertz Manero, además de los muy ‘pretensiosos’ deseos que ya el hombre fuerte de la UIF tenía dentro de la 4T.
López Obrador había sido invitado a la boda. Ahí estuvieron priistas, panistas, amigos y ‘enemigos’, futuros cuadros de un grupo que no beneficia precisamente al de Obrador y, siendo un poco malpensados, AMLO pudo sugerir e invitar a su ‘hombre de acero y rudo’ y que le fue muy fiel, a no realizar ese evento, o al menos no con esos lujos, (que por cierto, nadie ha dicho si los gastos eran o no con dinero del gobierno), simplemente se limitó a decir que no iría y, sin la advertencia, le dio un empujoncito que más tarde, con los 35 mil dólares sin reportar, se dio la renuncia de Paola Félix Díaz, secretaria de Turismo de la CDMX y luego la de Santiago Nieto; el ‘plan’ se había cumplido.
El rompecabezas no es muy difícil; Nieto ya era incómodo y no caía ya en gracia de AMLO, sus invitados eran de otros grupos políticos no muy cercanos a AMLO y que sí los ve como ‘enemigos’; así las cosas, era mucho más evidente que al ‘hombre poderoso de la UIF’ ya le había llegado su momento de salir del grupo privilegiado y la boda era el evento apropiado para cantarle las golondrinas. De paso, también hay opinión en el sentido de que a AMLO ya no le conviene que la UIF siga siendo un instrumento grotesco y rudo, su papel ya lo jugó y quizá ahora pretenda mantenerla, al menos durante un año, en bajo perfil, pero rescatarla para el 2023 cuando quizá le toque jugar más rudo ya muy cercana la elección del 2024.
La cumbre trilateral para cinchar al mandatario mexicano, la mala operación del presidente en San Lázaro y que ahora la oposición ‘esté muy enojada’ y asegure no votará a favor de la reforma, más la baja de Santiago Nieto por ser ya incómodo, pintan un muy mal presagio para el futuro próximo de AMLO. Su aprobación entre el pueblo es una ilusión, pues es sólo en los números y sin sustento real, porque, aunque existe un supuesto 60% de aprobación, también hay un muy certero 50 por ciento que ya no está de acuerdo con ninguna de las acciones de AMLO, inconformidad que puede crecer y podría reflejarse en las urnas de las entidades donde habrá elecciones el próximo año.
Por lo pronto, el circo de Palacio Nacional sigue todos los días, la migración es un fenómeno que no puede contener el Gobierno Federal y tendrá que seguir ideando mecanismos para evitar que siga avanzando al norte del país, parece que ya uno es la represión policiaca. Hoy, además, AMLO y Morena han dado un nuevo golpe pero más fuerte hacia los mexicanos con la aprobación del PEF 2022 que privilegió las obras insignias y de relumbrón del gobierno; un presupuesto para el próximo año que no incluye obras y servicios para los pueblos y colonias, un PEF que se olvida, por cuarto año, de la educación, de la salud, de la vivienda y de la economía de millones de mexicanos, un PEF que sigue quemando y destruyendo a México. Esto, tarde o temprano, le cobrará factura a AMLO y también puede despertar al verdadero tigre, nomás que ahora será contra el propio AMLO, contra su Morena y contra su transformación de cuarta para mandarlos al bote de la basura de la historia mexicana. Por el momento, querido lector, es todo.