Aquí y en China si un ciudadano, sólo o en grupo, decide manifestar sus ideas en cualquiera de las formas que sea, por ejemplo, en una manifestación pública, y el gobierno de ese lugar le prohíbe y lo evita, sin duda tendrá tintes de represión política. Claro está, que el manifestante o manifestantes deben ejercer su derecho a la libre expresión y su libertad con orden y con muchísimo respeto a los demás ciudadanos.
Las protestas y las manifestaciones deben ser ordenadas, pacíficas y muy respetuosas; si esto es así, entonces ningún gobierno debe prohibir nada; ni siquiera poner inmensas vallas de granaderos, armados hasta los dientes, en calles por donde pasará la protesta, y muchos menos debería desplegar a cientos o miles de policías para implementar los muy conocidos ‘encapsulamientos’, una forma muy refinada de reprimir.
En los días que corren el tema de las protestas y la represión gubernamental en la Ciudad de México vuelve a ser noticia; y es así porque el pasado 2 de marzo un grupo de feministas fue bloqueado por la policía capitalina para evitar que protestaran en Palacio Nacional; según la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, “no hubo represión, si no contención”.
Todo esto se enmarca en el anuncio que el grupo feminista ha hecho de que el 8 de marzo realizará una protesta mayúscula, para seguir denunciando a Félix Salgado, que por cierto, AMLO y Morena quieren encumbrar a la gubernatura de Guerrero, pero ese político es acusado de violación y de agresión a las mujeres.
Este miércoles Claudia Sheinbaum volvió a repetir que “no habrá represión, pero sí contención” (sic) e hizo un llamado para que la manifestación del próximo 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, se realice pacíficamente y aseguró que los elementos de seguridad no van a reprimir “como lo hacen en otras partes del mundo” (más sic), aunque sí contendrán para evitar daños.
No han pasado ni 24 horas de estas declaraciones cuando Palacio Nacional ya estaba protegido por un gran cuerpo policíaco para evitar a toda costa que los ciudadanos se acerquen y más si van en grupo. Así sucedió este jueves cuando integrantes de la comunidad triqui se manifestaron y fueron bloqueados por el cuerpo policiaco; aún así, tras algunos empujones y palabrerías, hubo empujones y lograron llegar a la Puerta 1 de Palacio Nacional donde exigieron que el presidente López Obrador los atendiera; nade de esto sucedió.
Ya es muy común ver que Palacio Nacional está resguardado por policías de la hija política de AMLO, al menos durante el tiempo que realiza su espectáculo mañanero donde ahora, por ejemplo, tras que un ‘reportero’ se hincó para pedir la palabra, López Obrador, creyéndose seguramente un ser supremo, le contestó: “Pero párate, yo te voy a escuchar, pero párate, ahorita te voy a escuchar”. Todo indica que ese recinto hay temor de que las protestas le vayan a llegar hasta donde todos los días ataca a sus adversarios y crispa más a México que ya no hay día no llore y sufra por tantos dolores ocasionados y generados por cientos de problemas políticos y sociales.
La policía que ‘protege’ la casa-oficina de AMLO no es un ayudantía indefensa. Hoy a los cientos de la Policía de la Ciudad de México se le vio con equipo antimotín; las mujeres del conocido grupo Atenea, sólo es la fachada, detrás hay gas lacrimógeno, escudos, toletes y armas, que en palabras de la Jefa de Gobierno, sólo son para contener y no para agredir. La protesta los triquis, dicho sea de paso, llevan al menos dos semanas, pues desde el pasado 24 de febrero exigen atención porque señalan ser víctimas de desplazamiento de la Región Triqui, Tierra Blanca Cópala, San Juan Copala y San Miguel Copala; han pedido intervención federal y simplemente no han sido escuchados y menos se les ha atendido.
Como ellos hay muchísimos mexicanos y grupos que han sido ignorados por el gobierno morenista de AMLO y se han visto en la necesidad de protestar para ver si alguien los escucha y atiende. Son los triques, son los médicos, son los desempleados, son los maestros, son los estudiantes y ahora son las feministas que preparan una marcha grande para el 8 de marzo que es el Día Internacional de la Mujer. También se sabe que desde Tabasco, en unos cuantos días, arribará un grupo de paisanos del Presiente que le dirán que los estragos y los desastres que dejaron las lluvias no han sido atendidos y que exigen obras serias de infraestructura para que jamás se vuelva a inundar Tabasco.
La represión ya no es del priismo o del panismo que ocupó Los Pinos; la represión hoy tiene antifaz de Morena y de Cuarta Transformación; tiene orden de AMLO. Claudia Sheinbaum sólo presta a sus ‘soldaditos’ y cumple las órdenes de su máximo jefe; esto no es para menos, porque ella no lo puede desairar si es que aún le late su corazoncito para que la contemplen para el 2024.
De todas maneras tanto el Gobierno Federal como el de la CDMX deberían darse cuenta que ‘contener o encapsular’ es lo mismo que reprimir; y que la represión sólo genera más inconformidad y encono social. México no está como para echarle más gasolina y los políticos y gobernantes, sobre todo los de Morena, no están como para felicitarlos, porque el desastre del país y de la misma Ciudad de México se ver por todos lados. Por el momento querido lector, es todo.