El martes 29 de junio, el respetado maestro Alejandro Murat Hinojosa, gobernador priísta de Oaxaca, contestó, casi de inmediato, a una declaración que hizo su homólogo michoacano debido a la relación que aquel gobernante tiene con el presidente Andrés Manuel López Obrador; al respecto, el político más joven de la dinastía muratista, espetó que “En Oaxaca se hace política, no politiquería”, la intención era dejar claro que en la entidad se trabaja y se dan resultados a la gente; pero, ¿qué tan cierta es la afirmación?, ¿es verdad que en Oaxaca hay verdadera política y no politiquería?
En esas mismas declaraciones el gobernador también remarcó sobre que hay dos tipos de hacer política: los que se coordinan, trabajan y dan resultados para la población y los que hacen cola y no los reciben; sobre la primera oración, no hay duda que Murat Hinojosa tiene razón; si se dan resultados positivos (porque también hay negativos) a los gobernados es porque hubo una buena coordinación y porque se trabajó. Sin duda alguna él hizo referencia a la ‘buena y excelente’ coordinación que tiene con el gobierno federal y el trabajo que él realiza en la entidad sureña.
De un gobernante formal, pulcro, responsable y con sentido de servir a sus gobernados es natural la manifestación de esas ideas; son muy naturales las expresiones como: “Yo le apuesto más a construir y darle resultados a la gente. No es un tema de cariños ni de partidos, nos debemos al pueblo y yo me debo a las oaxaqueñas y oaxaqueños. Hoy Oaxaca da resultados”; muy bonitas frases y muy bien elaboradas; sin embargo, todo eso debe ser sometido a lo que diga la realidad y la práctica como último criterio de lo que se quiere o se pretende sea verdad y es, justo en este lugar, donde recordamos al viejo dicho popular: ’es aquí donde la puerca torció el rabo’.
Veamos. Oaxaca sigue siendo uno de los estados del país con más pobreza y marginación. Según el Coneval, con datos del Inegi, Oaxaca, con 26.3%, está entre los tres estados con más rezago educativo, los otros dos son Chiapas con 31.4% y Michoacán con 25.8% ¿qué no quedamos que Oaxaca es de resultados?; si hablamos sobre el porcentaje de viviendas sin piso firme Oaxaca tiene el 13.3%, Guerrero el 14 y Chiapas el 11.1; el 10% de las viviendas no tiene suministro de agua potable entubada, o sea, es sinónimo de que no hay suficiente obra pública.
El reporte ‘Índice de Rezago Social 2021’ que se publicó en abril de este año, también es claro al destacar otros datos que pueden ilustrar a los mexicanos y a los oaxaqueños gobernados por un político trabajador y que mantiene buena coordinación con AMLO. Oaxaca ocupa el primer lugar, con 19.4%, de viviendas que no tienen drenaje (Michoacán está en el lugar 12); cinco de cada 10 viviendas no cuentan con lavadora, tres de cada 10 no tienen refrigerador y respecto al índice y grado de rezago social Oaxaca está considerada con un ‘muy alto’ grado y ocupa el 2do lugar, por debajo de Chiapas y por encima de Guerrero, Veracruz y Puebla.
La entidad oaxaqueña ocupa el tercer lugar (11.8%) en población analfabeta, por abajo de Chiapas (13.7 por ciento) y Guerrero (12.5%) y por arriba de Veracruz y Michoacán (7%), otra vez, ¿qué no quedamos que en Oaxaca se dan resultados? Pero aún hay más, el estado ocupa el primer lugar en viviendas que no tienen energía eléctrica, además de tener el 45.2 por ciento de la población de 15 años y más con educación básica incompleta.
En el ‘Informe de pobreza y evaluación 2021’ la realidad para Oaxaca tampoco es favorable: en 2018 el 91.5% de la población se encontraba en situación (a lo mejor lo más correcto es decir se encuentra) en situación de pobreza o de vulnerabilidad por carencias o ingresos; en específico, no siendo vulnerable el 66.4% (7 de cada 10, 2 millones 714 mil 700) de los oaxaqueños vivía en situación de pobreza, 24.4 puntos porcentuales mayor que el porcentaje nacional que era de 41.9%.
Los datos y las cifras hablan solitos. Con esto sería suficiente para favorecer o rechazar los dichos del gobierno estatal, pero aún hay mas; por ejemplo, se sabe que en la región del Istmo, datos muy recientes, sólo tres de cada 7 hospitales de la Secretaría de Salud del estado puede atender a pacientes de COVID-19, además de que unos 200 trabajadores del Hospital Civil de Ciudad Ixtepec iniciaron ayer un paro de labores y suspendieron todos los servicios médicos.
Las cosas en Oaxaca no van nada bien y entonces, Maestro Alejandro Murat, qué es lo que hay: ¿política o politiquería? Un ejemplo más. Hace una semana una comisión de antorchistas oaxaqueños, que dirige el líder social Dimas Romero González, realizó una protesta en palacio de Gobierno, la petición era ¡muy sencilla!, una audiencia con el ¡señor gobernador!, un gesto de esa muy buena «coordinación» (que el gobernador ha referido) que es clave para trabajar y para dar resultados; la respuesta fue el silencio absoluto del gobierno estatal, de las demás peticiones, por deducción lógica, siguen sin ser atendidas.
Los inconformes, en comisiones de las regiones del estado, denunciaron rezago en demandas importantes; las más urgentes y sentidas por el pueblo son la construcción de aulas escolares en la colonia 7 Regiones de la capital, obra gestionada por Antorcha ante la Federación en 2017; pavimentaciones en Santa Rosa Panzacola; electrificaciones en San Pedro Ixtlahuaca; y atención y solución definitiva a conflictos agrarios en los que han muerto decenas de mixtecos.
También se denunció que las dependencias estatales encargadas de atender a la población no cumplen a pesar de tener una buena atención; para ser justos, el mismo gobernador nunca ha negado la legitimidad de las peticiones pero, otra vez, la realidad se impone pues del hecho de aceptar lo legítimo de las peticiones de los ciudadanos sigue estando muy lejos de la solución y realización de las obras. Es claro que el gobierno de Alejandro Murat Hinojosa implementa una política de contención y de cero solución para las demandas de sus gobernados.
¿Dónde está ese supuesto 5% de crecimiento de la economía en el estado?, ¿dónde están los 13 mil millones de pesos, según, que ha llevado el presidente mexicano para obras de infraestructura para la entidad, o dónde quedó el supuesto combate a la pobreza con programas del ‘Bienestar’? Nada hay; y si lo hubiera es en un grado muy inferior a lo que históricamente y por muchos años han exigido los mexicanos de esa zona del país.
En Oaxaca las frases bonitas y folclóricas se han vuelto huecas y utópicas; en Oaxaca la realidad y la vida diaria de la población desnudan el discurso oficial y, sobre todo, los supuestos resultados triunfalistas del muratismo no se ven por ningún lado; todo parece que la política de la 4T (de engaño, demagogia, antipopular y sin política de fondo para mejorar la vida de los mexicanos) se replica y se vuelve una copia fiel en la verde Antequera.
Eso sí, don Alejandro Murat se ve en el escenario político del 2024 y para eso pretende una buena coordinación con Palacio Nacional; por ahora no está interesado en escuchar a sus gobernados y espera que las oleadas en el interior del PRI bajen un poco. Sin embargo, no debe olvidar que los meses para terminar su mandato ya están contados y las nuevas visitas que AMLO puedan hacer quizá ya no le ayuden tanto, porque ahí, en la entidad, cómo se borrarán los pendientes del gobierno, por ejemplo, con los familiares de los feminicidios, o cómo se detendrá el 15% de aumento de contagios de COVID-19. A Alejandro Murat no se le debe olvidar, tampoco, que las obras de alto impacto, si llegan a realizarse y se terminan, no lograrán los puntos que él necesita para subirse al ring presidencial.
Por lo pronto, el hombre más visible del muratismo para ganar más poder, debe irse con mucho cuidado porque hay fuertes rumores que en el 2022 el PRI perderá seis gubernaturas en las que se incluye Oaxaca, además de Hidalgo, Quintana Roo y Tamaulipas; si esto sucede, el gobernador no habría avanzado hacia el grupo de los presidenciables. O, ¿a poco Murat y su grupo ya plancharon todo eso y Oaxaca será entregado a Morena a cambio de una parte más grande del pastel en el próximo Gobierno Federal? Usted amable lector responda, pero por lo pronto en el estado no se debería ignorar a los 40 ó 50 mil antorchistas que dirige Dimas Romero, o al menos, que de aquí a que termine el mandato muratista, el gobierno priista aguante una denuncia estatal o nacional, como mal gobierno. Por el momento, querido lector, es todo.