Hasta ahora no se ha demostrado que las mascotas puedan transmitir el virus SARS-CoV-2 a sus propietarios, pero el miedo, la ignorancia y la desinformación en momentos de crisis puede empujar a algunos a abandonar a sus mascotas.
Francisco Monroy López, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM consideró que la fuente de contagio no son los animales
“Más bien somos nosotros quienes podemos contagiarlos si no guardamos medidas mínimas de higiene”, advirtió.
“Hasta el momento se ha documentado muy poco acerca de la infección en perros; se han encontrado más casos en gatos, al parecer son más susceptibles, al igual que los hurones”, detalló.
Como se ha demostrado que hay cierto riesgo de transmisión a los animales de compañía, es necesario tomar precauciones si contraemos la enfermedad del coronavirus, subrayó.
Si la persona vive sola y no tiene quien le ayude, debe evitar el contacto directo con las mascotas, lavarse las manos antes y después de servirles su alimento o limpiar sus espacios y utensilios, y sobre todo impedir que lo laman o se acerquen, además de usar cubrebocas, sugirió.
Después de la contingencia y dependiendo de la zona en que vivamos, lo más recomendable es reducir la salida de los animales, evitar el acercamiento con otros animales y personas de las que se desconozca situación de salud.
Monroy López destacó que no se les deben limpiar constantemente las patas porque los desinfectantes pueden producirles lesiones en la piel; ni bañarlos a diario porque eso afectaría su salud. La frecuencia del baño, así como los cuidados particulares, deben ser prescritos por un médico veterinario zootecnista.
“Si no están habituados a permanecer encerrados, es lógico que presenten comportamientos atípicos como morder cosas, orinar o defecar en lugares inadecuados, además de tener ansiedad o estrés. Debemos encontrar actividades que los entretengan, como colocar sus croquetas dentro de cajas o detrás de sillones para mantenerlos interesados”.
El universitario resaltó que las actitudes de los animales son, de alguna manera, reflejo de sus propietarios, y si ellos están bien, sus animales suelen estarlo también.
Finalmente, recomendó mantener contacto con el profesional que atiende a los animales de compañía para saber las condiciones en las que presta sus servicios, y si la actividad física ha disminuido, reducir un poco la dieta o cambiar el tipo de alimento.
“Eso debe decidirlo cada veterinario de acuerdo con las condiciones particulares”.