Especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) señalaron la relevancia de cuidar y proteger el ajolote, pues su preservación ayudaría incluso a mantener todo un ecosistema.
Si al ajolote se le considerara una especie bandera y se luchara por su conservación dentro de sus lagos de origen, no sólo se revertiría su peligro de extinción, también se protegería a las demás variedades que habitan en su entorno, otorgándole una oportunidad de recuperación a todo el ecosistema, declaró el doctor José Antonio Ocampo Cervantes.
El doctor en Ciencias Marinas, refirió que se llevan a cabo investigaciones sobre reproducción en cautiverio, manejo integral y cultivo de esta especie.
En 2013 se hizo un ejercicio de liberación de ejemplares en San Gregorio Atlapulco –uno de sus principales lugares de origen– con el fin de lograr un proceso de reintroducción.
De las 32 variedades que existen en el continente americano, en México hay 17, las cuales son endémicas y cuentan con una amplia distribución que va del centro al norte.
Xochimilco ¿Casa de los ajolotes?
Sin embargo, los ajolotes y los demás géneros de Xochimilco se enfrentan a problemas muy fuertes por el impacto de actividad humana, entre ellos la pérdida del hábitat que cambia de ser natural a uso de suelo habitacional, mientras se van modificando los cuerpos acuícolas para construcción y desaparece el espejo de agua de los canales.
Además, está la presencia de especies invasoras, entre ellas la tilapia y la carpa, que han contribuido al declive de las poblaciones silvestres.
La zona lacustre de Xochimilco ya es un ambiente artificial, pues ya no recibe agua de fuentes naturales, sino que se abastece de las plantas de tratamiento del Cerro de la Estrella y San Luis Tlaxatemalco, sin las cuales Xochimilco no podría mantenerse vivo.
La contaminación vertida por aguas grises sin tratamiento a los canales ha afectado a toda la fauna, pero también las actuales lanchas motorizadas que sostienen a 20 o más personas mantienen un elevado consumo de combustibles y metales pesados, creando un problema fuerte por metales suspendidos y disueltos.
“Si a esto sumamos su venta para consumo o como mascota, pronto veremos el irremediable fin de esta maravillosa especie mexicana”, dijo el especialista.
Por ello hizo un llamado urgente a preservar al ajolote, con el fin de rescatar todo un ecosistema completo y ayudar al medio ambiente mexicano.