La Pontificia Academia para la Vida del Vaticano pidió que la vacuna contra el Coronavirus, sea “un derecho humano universal” sin que los países tengan que pagar por ello.
“Las dimensiones públicas de la investigación no pueden ser sacrificadas en el altar del beneficio privado“, señaló el organismo del Vaticano.
De este modo, el Vaticano deseó que la consecución de una vacuna contra COVID-19 esté basada en una “investigación científica responsable”, es decir, que sea al mismo tiempo “íntegra, libre de conflictos de intereses y basada en reglas de igualdad, libertad y equidad”.
“El bien de la sociedad y las exigencias del bien común en el ámbito de la atención de la salud se anteponen a cualquier preocupación por el lucro”, señaló la Academia Pontificia para la Vida.
Del mismo modo, resaltó la importancia de pensar y apoyar sobre todas las cosas “las necesidades y preocupaciones de los países menos adelantados que se enfrentan a una catástrofe sin precedentes”.
Para el Vaticano, está claro que la pandemia amplió aún más” la brecha entre los países ricos y pobres”, que han pagado “el precio más alto” porque antes de la pandemia ya carecían de “recursos básicos y a menudo están plagados de otras enfermedades letales, como la malaria y la tuberculosis”.
De este modo, el Vaticano incidió en que centrarse en la génesis natural de la pandemia, sin tener en cuenta las desigualdades económicas, sociales y políticas entre los países del mundo es “no entender las condiciones que hacen que su propagación sea más rápida y difícil de abordar“.
Asimismo, pidió “esfuerzos mundiales y cooperación internacional” para que sea reconocido como un “derecho humano universal” tanto el acceso a la vacuna como a una “atención de salud de calidad y a los medicamentos esenciales“.