El principal reto para Joe Biden será unificar a un país dividido a pesar de su victoria electoral; un desafío difícil porque el tejido social está afectado y las instituciones debilitadas, consideraron académicos de la UNAM.
Los investigadores precisaron que Biden no podrá arreglarlo todo; sin embargo, cuenta con un gabinete cuyos integrantes están dispuestos a usar ‘el nosotros’ antes que el ‘yo’.
Silvia Núñez García, directora del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-Los Ángeles precisó resaltó que desde su perspectiva “el optimismo es un esfuerzo de la voluntad, estamos por ser testigos de un momento importante en la historia del vecino país del norte; confío en que Joe Biden tenga la capacidad de constituirse en un verdadero estadista”.
La experta precisó que entre las prioridades de los 100 primeros días de su gobierno, está el combate a la pandemia, ya que durante este periodo Biden se impuso el reto de vacunar a 100 millones de estadounidenses.
En cuanto al tema migratorio, señaló que se trata de uno de los problemas más complejos para el primer año de mandato; sobre todo, por las nuevas caravanas provenientes de Centroamérica.
“No obstante, Estados Unidos avanzará en este rubro porque esa es una de las principales promesas de la próxima administración, lo que significará la regularización de aproximadamente 11 millones de indocumentados que viven en esa nación a través de un plan migratorio, mediante el cual quienes cumplan los requisitos, estarían en posibilidad de obtener la ciudadanía estadounidense después de 13 años aproximadamente”, dijo.
Nación marcada por la violencia
A su vez, Benjamín Juárez Echenique, director del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-Boston, indicó que Joe Biden encontrará una nación marcada por la violencia de la extrema derecha; y, sobre todo, por una división ideológica en torno a cuál es la verdadera identidad de Estados Unidos.
Recordó los hechos violentos que se suscitaron en días pasados en el Capitolio, el ataque al gobierno y el proceso para destituir a Donald Trump, algo inédito.
En ese sentido, subrayó que la sanación y la justicia es lo que está en juego. “Debe haber una confrontación institucional, pero mientras demócratas del Congreso tratan de responsabilizar a Donald Trump por incitar a una turba violenta y piden una acción rápida contra rebeldes; funcionarios republicanos han pedido en gran medida un perdón inmediato, unidad y olvido”.
Biden, prosiguió, debe redefinir la identidad de qué es ser americano, “hacer responsables a los responsables”, reconstruir ese tejido roto, y así lo hará porque a ello están enfocadas las estrategias de su gabinete.
“No será nada fácil porque no se puede ocultar la basura debajo del tapete. Hay que limpiar a fondo cada una de las esquinas de esta difícil narrativa”, sostuvo.
Paz Consuelo Márquez-Padilla, académica del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), opinó que el demócrata hereda una sociedad polarizada. Sin embargo, si castigan a Donald Trump, dijo, la decisión incrementaría el odio de las bases republicanas.
Estimó que de no concretarse este escenario, es probable que Trump pase los próximos cuatro años en campaña; persistiendo en destruir y obstaculizar al gobierno de Biden, quien “no la tiene fácil; él quiere hablar de otros temas, de esperanza, sanación física con las vacunas, que la economía vuelva a estar bien. Si siguen enredados, las posibilidades no son muy esperanzadoras”.