El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, criticó una carta dirigida por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, a la 77 Asamblea de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela.
La misiva, leída durante el encuentro por el obispo auxiliar en la capital venezolana Ricardo Barreto, insta a que “la sociedad civil sea también protagonista de la solución de la crisis del país».
“Esto exige voluntad política por parte de los involucrados. Disponibilidad a dejar que el bien común prevalezca sobre los intereses particulares”, leyó el clérigo.
Al día siguiente, el jefe del Estado venezolano cuestionó la carta de Parolín, quien fue embajador de El Vaticano en Caracas.
Maduro dijo que la carta era ‘una cosa rara‘ porque no tenía sentido que el canciller del Papa Francisco, quien ‘tiene mucho trabajo’, apartara un tiempo para “preocuparse por la reunión de unos empresarios en Venezuela”.
“¿Qué tiene que ver el canciller del Vaticano con la asamblea de una organización empresarial venezolana?”, preguntó Maduro, quien pidió a Parolín que diera explicaciones por el documento que calificó como un “desastre, una basura y un compendio de odios”.
Maduro argumentó también que no le constaba que la carta fuera real.