El ejército de Israel aisló el norte de Gaza del resto del asediado territorio palestino y lo bombardeó el lunes 6 de noviembre, en lo que se presume es la preparación para combates terrestres con militantes de Hamás en la ciudad más grande de Gaza y para lo que podría ser una fase aún más sangrienta de la guerra.
El saldo de palestinos muertos ya supera los 10 mil, informó el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, la cual es gobernada por Hamás. La agencia no hace una distinción entre combatientes y civiles. Unos mil 400 israelíes han muerto, la mayoría durante el ataque de Hamás del 7 de octubre que desató la guerra.
El actual conflicto es ya el más mortífero entre israelíes y palestinos desde la creación del Estado de Israel hace 75 años. Y no hay fin a la vista, ya que Israel jura que sacará del poder al Hamás y que aplastará sus capacidades militares.
Lo más probable es que el número de víctimas aumente considerablemente a medida que la guerra entre en una fase de combates urbanos. Se tiene previsto que los soldados ingresen pronto a Ciudad de Gaza, según medios israelíes, y que los combatientes palestinos — que se han preparado durante años — peleen calle a calle, lanzando emboscadas desde una amplia red de túneles.
“Estamos estrechando el cerco”, declaró el teniente coronel Richard Hecht, vocero militar israelí. “Los tenemos rodeados y hemos separado los bastiones de Hamás en el norte”.
Bombardeos de Israel en el norte de Gaza
Se cree que varios cientos de miles de personas continúan en el norte de Gaza, donde se llevará a cabo la ofensiva terrestre israelí. El ejército de Israel afirmó que mantiene abierto un corredor para que los residentes de la ciudad de Gaza y zonas aledañas puedan huir hacia el sur. Pero muchos de los habitantes tienen miedo de usar esa ruta, en parte debido a que está bajo control de los soldados israelíes.
Los bombardeos de los últimos días han impactado instalaciones de la ONU en donde se resguardan miles de personas, así como hospitales que se cree que están abrumados por la cantidad de heridos y con una grave escasez de energía y suministros.
Alrededor del 70% de los 2.3 millones de habitantes de Gaza han abandonado sus hogares desde el inicio de la guerra. Los alimentos, medicamentos, agua y combustible se agotan debido a que Israel ha cortado los suministros, y las escuelas de Naciones Unidas que fueron adaptadas como albergues están rebasadas en su capacidad. Muchas personas duermen en las calles, fuera de las instalaciones.
Con información de AP