Los bajos niveles de confianza social en los gobiernos y la alta percepción de corrupción gubernamental, están fuertemente correlacionados con las tasas más altas de infección por COVID-19 en todo el mundo, según un estudio publicado en The Lancet.
Otros indicadores, incluidos los índices de preparación para pandemias; la democracia; desigualdad de ingresos; la atención médica universal y la capacidad hospitalaria, no lograron mostrar una relación significativa con las tasas de infección por COVID-19 o las tasas de mortalidad por infección.
El Coronavirius ha sido llamado un ‘misterio epidemiológico’, con tasas de mortalidad más altas en muchos países ricos con mayores recursos de atención médica, que en las naciones pobres, y las muertes varían dramáticamente, incluso entre países muy próximos geográficamente.
El estudio de 177 países, realizado por un equipo de investigadores del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), encontró que las tasas de infección en varios países no pueden explicarse por muchos factores citados a menudo en la política (democracia y populismo); capacidad estatal (eficacia del gobierno); atención médica (camas de hospital o cobertura universal de salud); o factores sociales (desigualdad económica o confianza en la ciencia).
Falta de confianza aumentó los casos
Los hallazgos sugieren que si todas las sociedades tuvieran una confianza en el gobierno, al menos tan alta como la de Dinamarca, que se encuentra en el 75%, el mundo habría experimentado 13% menos de infecciones.
Si la confianza social (confianza en otras personas) alcanzara el mismo nivel, el efecto sería aún mayor: un 40% menos de infecciones a nivel mundial.
“Muchos de los factores que influyen en los resultados de COVID-19 como la estacionalidad, la estructura de edad y la densidad de población, están fuera del alcance de los tomadores de decisiones”, dijo el director del Programa de Salud Global de CFR, Thomas J. Bollyky, autor principal del estudio.
A añadió: “La confianza es un área en la que los gobiernos pueden mover la aguja, y el hecho de que supere las medidas tradicionales de capacidad de atención médica y preparación para una pandemia debería ser una llamada de atención para todos nosotros mientras enfrentamos la pandemia de COVID-19 en curso y la amenaza de futuros brotes de enfermedades”.
Mayor confianza, menores casos de COVID-19
Los altos niveles de confianza social y gubernamental, así como la menor corrupción gubernamental, se asociaron con una mayor cobertura de vacunación. Los niveles más bajos de corrupción gubernamental se asociaron con reducciones en la movilidad durante la pandemia, lo que sugiere un mayor cumplimiento de las reglas de distanciamiento social.
Los hallazgos también sugieren que promover una mejor salud, como reducir el índice de masa corporal y disminuir las tasas de tabaquismo, puede ayudar a prevenir enfermedades y muertes durante futuras pandemias.
Los investigadores analizaron una docena de índices de preparación para pandemias; siete indicadores de capacidad de atención médica y 10 condiciones demográficas, sociales y políticas adicionales; y ajustaron muchos factores biológicos conocidos de infección como la edad y los efectos estacionales. Una clasificación alta en la capacidad líder del sistema de salud y las medidas de preparación para una pandemia, no sólo ha sido insuficiente para el éxito en esta pandemia, sino que también ha sido innecesaria.
Gobiernos pueden fomentar confianza
Países como Filipinas y la República Dominicana, que ocupan un lugar relativamente bajo en preparación para una pandemia, acceso y calidad de la atención médica, mantuvieron bajas tasas de infecciones y muertes durante el período de estudio; mientras que otras naciones con clasificaciones más altas, como Estados Unidos y Francia, enfrentó resultados mucho peores tanto para las infecciones como para las muertes.
“Los gobiernos pueden fomentar la confianza durante una crisis”, dijo Erin Hulland, investigadora del IHME y coautora del estudio. “Las estrategias claras de comunicación de riesgos y participación de la comunidad han funcionado para generar confianza durante otros brotes de enfermedades, incluso en países de África occidental que han pasado por un conflicto durante la epidemia de ébola. Esperamos que estos hallazgos puedan aprovecharse para aumentar el apoyo a las estrategias que pueden mejorar la confianza y reforzar la resiliencia frente a futuras amenazas”.
Los datos de este análisis están disponibles para descargar en Global Health Data Exchange.