Para poder respetar las medidas sanitarias y evitar contagios de COVID-19, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos modificó el rito del Miércoles de Ceniza, que se realizará el próximo 17 de febrero.
De acuerdo a las nuevas disposiciones, pronunciada la oración de bendición de las cenizas y después de regarlas, sin decir nada, con el agua bendita, el sacerdote se dirigirá a los presentes, diciendo una sola vez para todos “conviértete y cree en el Evangelio” o “Polvo eres y al polvo volverás”.
Después, el sacerdote se limpiará las manos y se pondrá el cubrebocas para proteger la nariz y la boca. Tras este ritual, impondrá la ceniza a cuantos se acercan a él o, si es oportuno, se acercará a cuantos están de pie en su lugar, pero no les marcará la frente.
Este año, el sacerdote tomará la ceniza y la dejará caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada.
Estos nuevos lineamientos, debido a la crisis sanitaria fueron dados a conocer este 12 de enero en la sede de la Congregación. El Miércoles de Ceniza marcan el inicio de la cuaresma y posterior Semana Santa.