El 2021, el segundo año de la pandemia de COVID-19, finalizó con más del 56% de la población vacunada en México, pero con el temor de una cuarta ola que, aunque no está colapsando por el momento los hospitales como en anteriores brotes, está sobrecargando la atención primaria y al personal sanitario.
La situación con respecto a 2020 es mucho mejor, sin embargo en estos momentos el país se enfrenta a una explosión de contagios incluso peor que la vivida a finales del año pasado.
En cuanto a las restricciones, México no ha impuesto el cierre ni total ni parcial de las actividades recreativas y la población tampoco ha restringido su movilidad, pese a que el aumento de casos es notable, como resultado de la fatiga pandémica.
En la actualidad hay quienes padecen problemas de salud mental, bien por temor al virus o por el hartazgo que genera esta nueva normalidad, en la que la convivencia con el virus ha modificado hasta las rutinas más básicas.
De hecho, el 16% de encuestadas y encuestados teme contagiarse, según los resultados de la Nonagésima Novena Encuesta Nacional de Coronavirus en México realizada por Mitofsky.
Las preocupaciones de la población aumentan, especialmente la de perder a un ser querido, infectar a la familia y la saturación de los servicios sanitarios.
Ahora, México se encuentra inmerso en la administración de la tercera dosis, que previsiblemente tendrá que llegar a todos los adultos ante la bajada de los anticuerpos contra el virus, y en la vacunación de los menores de 12 años, el último grupo inoculado debido a que se ha tenido que adaptar la vacuna a este colectivo. Solo el SARS-CoV-2 (y sus variantes) dirán si esta vacunación prosigue a lo largo de los años, en forma de un ‘pinchazo’ o incluso dos anuales.
¿Y en el mundo cómo va con las vacunas?
Mientras tanto, el mundo se está enfrentando a ómicron, una variante más contagiosa que la anterior, pero que, según la reciente evidencia científica, podría producir menor gravedad y, por tanto, número de hospitalizaciones. ¿Será la variante que suponga el fin de la pandemia como la conocemos hasta ahora, con sus grandes cifras de muertos y hospitalizados? El 2022 podrá responder a esta pregunta.
Sin embargo, la situación no es homogénea en todo el mundo. Muchas naciones con menos recurso, especialmente en África, siguen con unas tasas de vacunación paupérrimas, e instrumentos como COVAX (que vela por la repartición equitativa de vacunas), liderado por la OMS, no han conseguido por el momento paliar este problema.
Además de las repercusiones que tiene en estos países, en número de muertes, esta desigualdad en el acceso a las vacunas también está contribuyendo a la aparición de nuevas variantes. No en vano, dos de las principales variaciones del virus, delta y ómicron, se detectaron por primera vez en Sudáfrica.
Con información de Europa Press