El COVID-19 afectó la relación social y los vínculos físicos del ser humano. Hoy, abrazar, visitar a alguien, incluso estrechar su mano, lo reflexionamos; lo dejamos de hacer por temor a enfermarnos, refirió Verónica Montes de Oca Zavala, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
“Hemos perdido esa empatía y sensibilidad por los demás, porque concentramos toda nuestra energía en la no enfermedad, ni siquiera en la salud, nos hallamos en la perspectiva de la supervivencia”, subrayó a propósito del Día del Amor y la Amistad que se celebra el 14 de febrero.
La socióloga y demógrafa universitaria indicó que aun cuando esta fecha se proyecta como impulsora de la economía, es necesario mirar más allá del aspecto comercial: pensemos en los vínculos afectivos, porque dentro de los hogares hay violencia. La gente está cansada, nuestra salud mental agotada y, obviamente, “nos vemos ‘cuadriculadamente’ todos los días”.
La también expresidenta de la Asociación Latinoamericana de Población aseguró que se debe apelar a la libertad, a romper con esa reproducción del amor romántico sumiso y subordinador, que se propicia a partir de la lógica mercantil.
“Yo quisiera activar las ideas, las reflexiones y pensar que esta jornada puede ser un día de cultura de paz, de amor con la naturaleza, y con otros seres humanos”. Para la experta, es urgente reparar el daño que la violencia y la pandemia le han hecho al amor.
Montes de Oca Zavala manifestó que actualmente se viven situaciones destructivas que no están relacionadas con el amor, como nuestra interacción con la naturaleza y el capital natural.
Tampoco debemos perder de vista la emergencia de movimientos sociales que incluso con la pandemia se hacen notar, que apelan a relaciones amorosas, igualitarias en materia de derechos, con una gama de diversidad y formatos.
La realidad
En México, de acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2020, 38% de las personas de 15 años y más está casada; 30% y 20% vive en unión libre.
La información del Inegi indica que en 2019 se realizaron 504 mil 923 matrimonios legales; de éstos, 501 mil 327 fueron de parejas de distinto sexo, y tres mil 596 del mismo sexo. Sin embargo, de 2000 a 2019 la relación divorcios-matrimonios casi se quintuplicó, al pasar de siete a 32 divorcios por cada 100 matrimonios.
Además, de 2000 a 2020 el porcentaje de la población casada disminuyó de 49 a 38%; en contraste con la que vive en unión libre que pasó de 11 a 20%. Asimismo, más de 50% de las mexicanas de 20 a 24 años de edad son solteras.
Libertad
Al respecto, Verónica Montes de Oca, comentó que estos datos significan apropiación de la libertad por parte de las mujeres.
“Quiere decir que están reflexionando en que el matrimonio no es su única vía para vivir mejor y para tener una compañía. Puede estar reflejándonos diversas formas de vínculos amorosos, que no necesariamente tiene que ver con el matrimonio, y que no tienen que ver con las relaciones tradicionales, que son de tipo patriarcal, en la que muchas mujeres se subsumen”, explicó.
Esta soltería elegida, reflexionada, es muestra de la libertad, de que ellas tienen mayor escolaridad, y participan más en el mercado de trabajo.
“Los matrimonios ahora ya no duran tanto como antes porque podemos ejercer nuestra autonomía, y decidir parar una relación tóxica, o hay parejas que funcionan mucho mejor separadas que juntas todos los días. Para vivir una relación de pareja, no tienes que atravesar el matrimonio, ni la reproducción o la formación de una familia en términos tradicionales, además las personas trabajan muchísimo y a veces no tienen tiempo para una vida afectiva”, aseveró.