Estudios de Londres, Francia y Estados Unidos indican que el transporte público no es foco de riesgo de COVID-19.
Durante el 12 Congreso Internacional de Transporte, el especialista Roberto Sganzerla dijo que desde el inicio de la pandemia varios estudios internacionales han concluido que el transporte público no presenta altos riesgos de transmisión de COVID-19, en virtud de los protocolos de seguridad que se aplican.
Incluso, recordó, un informe del Massachusetts Institute of Technology y la Universidad de Oxford, menciona que lugares como el transporte público, inclusive los de alta ocupación, presentan bajo riesgo de contagio por las características del servicio y sus medidas de seguridad.
“Los medios de comunicación masiva en varias partes de México han sido irresponsables con el transporte público al mostrar solamente autobuses repletos de pasajeros en horas pico, pero no cuando éstos circulan casi vacíos, los buses con poca ocupación han sido la mayoría durante la etapa de contingencia sanitaria por la pandemia”, expuso.
En la mesa de diálogo, moderada por Eugenio de la Cruz, responsable de Comunicación Social de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), Laura Salazar Correa, especialista en estudios políticos en Colombia, señaló que el transporte público es el eje esencial de la economía de las ciudades, por lo que realizar prácticas de bioseguridad es fundamental para la seguridad y bienestar de las personas.
Transporte público, clave para reactivación
El sector del transporte, dijo, tiene el papel fundamental en la reactivación económica y en la reincorporación a la nueva normalidad debido a la pandemia, ahí la comunicación social cumple el rol de integrar a todos los sectores para dar un adecuado mensaje.
Finalmente Valeska Peres Pinto, coordinadora del programa de buenas prácticas de la Unión Internacional de Transporte Público (UITP), señaló que hay una realidad de la cual no nos podemos alejar: según el Banco Mundial, el sector y los operadores tuvieron pérdidas de 400 millones de dólares al mes.
Lo anterior porque hubo una reducción del 60 al 90% en su uso ante la reducción de las actividades económicas y el temor a viajar de los pasajeros.