El crimen organizado le ha robado la infancia a más de 30 mil niñas y niños en México, de acuerdo al Estudio de Factores de Riesgo y Victimización en Adolescentes que Cometieron Delitos de Alto Impacto Social en México, realizado por la organización Reinserta.
De acuerdo al documento, siete de cada 10 tuvieron contacto con un grupo delictivo de la zona en la que habitan, sólo el 26% de los adolescentes concluyó su educación básica previo a la reclusión, y en más del 60% de los casos, el ingreso familiar mensual era menor a los siste mil pesos.
Uno de cada cuatro adolescentes padeció hambre y dos de cada tres tuvieron acceso a un arma de fuego en su comunidad.
“En Reinserta el marco del Día del Niño insistimos en la importancia de la reconstrucción del tejido social, la pacificación y la prevención integral, ante la criminalización. Hacemos un llamado a las autoridades de los tres órdenes de gobierno a atender las problemáticas desde las causas que las originan,urgimos a las instituciones a procurar condiciones habitables en las comunidades y a salvaguardar mediante acciones positivas los derechos humanos de la niñez en México”, señaló la organización.
Precisaron que únicamente a través de la implementación de modelos de reinserción medibles y eficaces, así como de la creación de políticas públicas focalizadas en la niñez y adolescencia, es que se podrá prevenir que existan más niñas y niños despojados de su infancia.
De acuerdo con la Red Por los Derechos de la Infancia en México, siete mil niñas, niños y adolescentes están desaparecidos, es decir, que cuatro desaparecen por minuto, mientras que tres son asesinados al día en el país.
De los más de 20 mil homicidios dolosos cometidos en contra de niñas, niños y adolescentes, la gran mayoría son cometidos con arma de fuego y 97% de los casos queda impune.
“En México hay más de 30 mil historias de niñas y niños que se quedaron sin infancia por su incursión en la delincuencia y el crimen organizado. Se quedan sin darle importancia a las rondas para cantar, a los dibujos en las paredes, a los juguetes pedidos a los Reyes Magos o a las caricaturas favoritas para dar paso a la violencia, las armas, las drogas y el miedo”, lamentó Reinserta.