Hasta abril de 2021 México podría alcanzar cero contagios y fallecimientos de COVID-19, alertaron especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
También a través de la aplicación de la fórmula de la Curva de Gompertz, los investigadores han podido detectar también que del 21 al 26 de junio se habría llegado al nivel más alto de incidencias, con seis mil 698 enfermos y 713 personas que perdieron la vida por el virus SARS CoV-2, lo cual revela que la evolución de la curva epidemiológica ha tomado un giro, a diferencia de los primeros ejercicios de modelación matemática realizados.
Roberto Gutiérrez Rodríguez jefe del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa precisó que esas cifras revelan que es factible el inicio de un descenso leve, pero sostenido, en ambas variables hasta alcanzar cero enfermos y muertos, 14 meses después del primer caso reportado por las autoridades de salud que fue el pasado 28 de febrero.
Un momento crucial del proceso de expansión de las transmisiones se daría a mediados de agosto de este año, cuando deberá observarse un segundo descenso en la tasa de crecimiento de los infectados –última inflexión de la curva– el cual continuará de manera gradual hasta abril de 2021.
“Si no llegara a consolidarse y la tasa de crecimiento siguiera siendo alta –traslapándose esto con la entrada del otoño– es posible que México padezca una segunda ola de propagación, a la que tanto temor internacional se tiene y, entonces, toda la estrategia deberá reconsiderarse”, señaló.
De acuerdo con los resultados del tercer reporte del modelo COVID-19-UAM-I, la curva expone un acumulado de contagiados y fallecidos –hasta la conclusión del ciclo epidemiológico– de 605 mil 344 y 44 mil 630, respectivamente, con lo que se obtiene una tasa de letalidad acumulada de 7.4%. Sin embargo, si ésta se mantuviera en el nivel actual de 12%, sólo superada por Italia, España, Gran Bretaña y Bélgica, la cantidad de muertos podría llegar a 72 mil 600.
“El rango es muy amplio y el nivel exacto dependerá del aprendizaje del sistema de salud respecto del manejo del padecimiento, así como de los recursos que las autoridades inviertan: proporción de médicos y enfermeras especializados en males respiratorios, abasto oportuno de medicamentos que han probado su eficacia para contener los efectos, suficiencia de equipo, incluidos camas, respiradores y monitores; manejo adecuado de las condiciones en nosocomios, y alto número de pruebas entre la población en general, no sólo entre sospechos de haber contraído el virus”, sostuvo.
Todo lo anterior podría incidir en una pronta recuperación de la economía del país y en una mayor capacidad para atraer inversiones.
Las predicciones toman en cuenta el comportamiento histórico de las variables y para alcanzar las cifras arrojadas por el modelo matemático para el periodo julio 2020-abril 2021 deberán mantenerse el distanciamiento social, el lavado de manos, la sanitización y otras medidas observadas por la sociedad entre marzo y junio de este año.
No obstante, precisó el académico, se advierten enormes presiones para el relajamiento de los controles y una alta disposición a la apertura de la economía por parte de las autoridades, los pequeños productores y comerciantes, incluidos los informales, y los medianos y grandes exportadores. Además de que “la gente joven ya no está dispuesta a sacrificarse en casa y quiere salir a restaurantes, bares, estadios deportivos, espectáculos, manifestaciones públicas, discotecas y playas para disfrutar las vacaciones de verano”.
Mencionó que la reapertura de actividades podría quedar condicionada a que se hagan pruebas masivas y a rastrear los contactos de los infectados, no importando si son asintomáticos, como sucede en Alemania, pero esto implica inversiones que el gobierno parece postergar.