El presidente Andrés Manuel López Obrador envió una iniciativa al Congreso de la Unión para eliminar el horario de verano.
Al respecto, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, informó que se trata de la Iniciativa de Ley de Husos Horarios, que también busca establecer de forma excepcional un horario estacional en los municipios de la frontera norte.
Expuso que hay un rechazo popular e inconformidad permanente de la sociedad desde 1996, año en que se estableció el horario de verano. Recordó que existe 71% de rechazo al horario de verano y sólo 29% de aceptación, en la encuesta nacional que realizó el mes pasado la Secretaría de Gobernación (Segob).
Además, existe constante cuestionamiento legislativo, ya que desde 2002 diversas fracciones parlamentarias han presentado 34 iniciativas de ley para eliminar el horario de verano: nueve del PRI; siete del PRD; cinco del PT; dos del PAN; dos del PVEM; una de Morena; tres iniciativas conjuntas y cinco en los congresos estatales de Colima, Chihuahua y Quintana Roo.
La secretaria señaló que el ahorro de energía es muy bajo respecto al consumo total, ya que desde 1996 el horario de verano ha contribuido con menos de 1% anual de ahorro energético respecto al consumo nacional.
En 2017 se ahorraron dos mil 241 millones de pesos; mientras que en 2021 la cifra bajó a mil 138 millones, lo que representa 0.2% del consumo nacional de electricidad, y aunque el ahorro económico ha presentado tendencia a la baja, esto es atribuible a las mejoras tecnológicas y no al horario de verano.
“De 2020, 2019, las emisiones equivalen solamente a un ahorro de 0.06 por ciento de las emisiones totales de CO2 en el país; y en 2019 fue 0.07 de las emisiones”, dijo Nahle.
Horario de verano afecta a la salud
El horario de verano tiene efectos adversos en el sistema nervioso, lo que ocasiona somnolencia; irritabilidad; problemas de concentración y de memoria; así como trastornos digestivos, con disminución del apetito durante el día y aumento en la noche, informó el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela.
Indicó que ese huso horario fue una decisión política, motivo por el cual se puede cambiar, principalmente porque las diferencias entre el reloj social y el biológico alteran y desafían la salud de las personas.
Destacó que, en lo psicoemocional, el cambio de horario incrementa la depresión y las ideas suicidas en algunas épocas del año; representa mayor riesgo para quienes requieren de concentración al iniciar el día, como pilotos; escolares y docentes, entre otros. Aunado a esto, debido a la fatiga disminuye el rendimiento escolar y laboral, así como la productividad en general.
El secretario de Salud destacó que el horario de invierno, es decir, el horario real, promueve un ritmo biológico más estable que el de verano; mejora el rendimiento intelectual y ayuda a disminuir enfermedades del corazón; obesidad; insomnio y depresión.
Dijo que las personas adultas necesitan de tres a siete días para adaptarse al cambio de hora; mientras que la niñez requiere más tiempo. Además de que la falta de sincronización con el ambiente altera el orden temporal interno y causa problemas físicos y mentales.