El presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó que cambió de opinión sobre regresar al Ejército a los cuarteles, tal y como lo había prometido en campaña.
Precisó que este cambio de parecer se debió a que vio el grave problema de inseguridad y violencia que le heredaron.
Cuando era oposición, López Obrador fue muy crítico de sus dos antecesores, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, por recurrir a los soldados del Ejército para enfrentar a los grupos criminales en las calles, en medio de denuncias de abusos y violaciones a los derechos humanos.
«Cambié de opinión, ya viendo el problema que me heredaron», afirmó AMLO, al ser consultado por una periodista sobre su antigua promesa de hacer regresar a los militares a los cuarteles en seis meses, en caso de ser elegido en las urnas.
El presidente dijo estar convencido de que «la paz es fruto de la justicia» y aseguró que para combatir la inseguridad está dando trabajo a la gente y luchando contra la corrupción y la impunidad, pero justificó su política de seguridad porque debía sustituir a la extinta Policía Federal, que afirmó estaba plagada de vicios.
La Cámara de Diputados aprobó el sábado, de manera expedita, una iniciativa del mandatario para que la Guardia Nacional pase a manos de la Secretaría de Defensa (Sedena), y el Senado podría refrendar las reformas legales, tildadas de inconstitucionales por los expertos.
Activistas y opositores han criticado a la militarizada Guardia Nacional por supuestas violaciones a los derechos humanos durante sus operativos para contener la migración a través del país, entre otras acusaciones.
López Obrador ha alardeado de haber bajado la cifra mensual de homicidios dolosos por primera vez en varios mandatos, pero eso no va a evitar que su sexenio (2018-2024) se convierta en la gestión presidencial con la mayor cantidad de esos crímenes de la historia del país, desde que se tienen datos.