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Desde que inició la pandemia por el COVID-19, Ingrid Martz tomó la decisión de resguardase junto a su esposo Rodrigo Luque y su hija en casa, y aunque desde entones ha ido compartiendo detalles sobre el crecimiento de Martina en redes sociales, ahora reveló cómo le afectó el aislamiento social a la pequeña de un año de edad.
Fue durante una transmisión de Instagram con Margarita Magaña que la estrella de las telenovelas habló de lo equivocada que estaba al pensar que su hija no necesitaba salir, pues creía que al estar con sus padres, estaba completa.
“Decía ‘afortunadamente es una chiquita que ni cuenta se da’ (…) Vivía muy tranquila pensando eso, pero la semana pasada me tocó ir a su vacuna (…) la puse en la carriola (…) y entramos (al consultorio) sin problema”, relató.
Lo que hasta en ese momento había transcurrido con normalidad, de pronto cambió cuando su hija se percató de la presencia de más personas, lo que ocasionó que entrara en un cuadro de llanto.
“Cuanto volteó y vio a alguien nuevo, empezó a hacer pucheros y se soltó a llorar. Para mi mala suerte, el pediatra tuvo que salir corriendo a un parto, estuvimos esperando un buen rato y yo si me dije, el día que Martina llore, me voy a preocupar porque neta es una bebé que nunca llora, tiene el mejor carácter y se la lleva de pelos en la vida. (Pero ese día) lloró y lloró”.
Ingrid Martz aseguró que fue en ese momento cuando cambió totalmente su percepción ante las necesidades de su hija en medio de la pandemia, pues la falta de contacto con otras personas, sí estaban afectando a la menor.
“Para Martina su mundo es mi casa. Cuando la encerramos apenas empezaba en la etapa de socializar y entender que es un ser independiente, que hay un mundo y hay gente. Pero se encierra en la casa y ella no entiende, entonces, cuando la saco y empieza a ver caras diferentes, entre más gente veía, más lloraba”, compartió.
Finalmente, la intérprete, de 40 años, explicó que el episodio de llanto se repitió a los dos días, cuando su hija se percató que una persona estaba en al jardín de su casa.
“Pasan como dos días, estamos juntas aquí en la casa y de repente pasa por la ventana y justo acababa de llegar el jardinero y volvió llorar, estaba aterrada. Entonces, mi esposo la cargó, la sacó al jardín y así de lejitos le explicó que Jesús era el jardinero. Ahí te das cuenta que a todos los seres vivos de este planeta, de una u otra manera, nos afecta (el aislamiento social)”, puntualizó.
