El mundo del deporte pondrá sus reflectores sobre el futbol americano, pues se realizará el Super Bowl LV será protagonizado por la sorpresa del torneo, los Buccaneers de Tampa Bay, y los Chiefs de Kansas City, quienes buscan su segundo campeonato consecutivo. Nos espera un duelo de intensas emociones, jugadas magistrales, y pasión en su estado más puro.
El Súper Tazón tiene muchas tradiciones fuera y dentro de la cancha. Una es que los estadounidenses se reúnan con familia y amigos para disfrutar del juego, incluso si no les gusta el americano; y otra de las más conocidas es la de bañar con bebida energética al coach una vez conseguido el Lombardi, pero ¿cómo surgió esta costumbre? Volvamos unos 36 años en el tiempo.
De broma a ceremonia
Strendus, la plataforma de entretenimiento en línea más segura y confiable de México, recordó que corría el año de 1985 cuando Bill Parcells era entrenador de los Giants de New York. Él era reconocido por ser muy estricto y eso generó cierta fricción con Jim Burt, el entonces defensa del equipo.
Burt pensó en una manera de desquitarse del coach era rociarle, a manera de broma, la bebida energética después del triunfo que consiguieron sobre los Redskins de Washington.
En una entrevista, Burt confesó que él fue el único que tuvo el valor de hacerlo, pero no sabía cómo reaccionaría Bill Parcells. Para sorpresa de todos, el coach sólo sonrió y se limitó a celebrar la victoria.
Jim Burt fue el que inició el rito, pero fue su compañero Harry Carson el que realmente lo convirtió en tradición en el Super Bowl XXI, cuando repitió la dosis de lluvia de electrolitos sobre Parcells tras el triunfo de New York sobre Denver.
A partir de ese momento, el festejo de un Super Bowl no volvería a ser el mismo. Más de 80 millones de televidentes presenciaron el mítico acto y desde ahí se convirtió en una tradición.
A pesar de estar empapado, Parcells les pidió a sus jugadores si podían levantarlo en sus hombros para cerrar uno de los mejores capítulos en los libros de la NFL.
Como dato extra, cuando los Giants visitaron la Casa Blanca en 1987 para festejar su campeonato, Harry Carson consideró que era buena idea verter un poco del líquido de la victoria sobre el entonces presidente Ronald Regan. Al final, Carson sólo salpicó de palomitas al exmandatario, quuien lo tomó con muy buen humor.
Un ritual que seguirá vigente
Tras el Super Bowl XXI, ya es muy común ver al entrenador ganador del Lombardi ser bañado por su cuerpo técnico o jugadores. Es un ritual que se convierte en fotografía de primeras planas.
Existe otro mundo que también ama esta mítica practica y es el de los casinos en línea. Año tras año, las casas de apuestas digitales abren categorías especiales en torno al Super Bowl, por ejemplo, sobre de qué color será le bebida que rociarán al coach ganador.