El gobierno de la CDMX presumió que mejoró los precios de adquisición de pruebas de COVID-19 en más del 70%, al reducirlos de 220 a 69 pesos por cada reactivo de antígeno.
La jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, destacó que en 2021 el gobierno capitalino destinó 500 millones de pesos para la adquisición de pruebas que permitieran detectar COVID-19 entre la población, mismas que se aplicaban en los quioscos, macro quioscos y centros de salud.
“El año pasado destinamos para pruebas de COVID cerca de 500 millones de pesos, más o menos (…) entre 400 y 500 millones de pesos -para que vean ustedes la inversión que se hizo nada más en pruebas-, sin cuantificar todo el apoyo que se dio al personal de salud, recuerden que nosotros contratamos alrededor de siete mil personas a hospitales, centros de salud, más alrededor de 700 o mil, alrededor de mil que fueron a través del Insabi”, expresó.
En 2020, el gobierno capitalino gastó 24 millones de pesos en pruebas de COVID-19; en 2021, 342 millones; y en lo que va de 2022, 136 millones de pesos.
CDMX fue la primera en comprar las pruebas de antígeno
Al respecto, el director General de Gobierno Digital de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP), Eduardo Clark, explicó que durante la pandemia la CDMX fue la primera entidad del país en adquirir pruebas de antígenos, lo cual ha permitido renegociar sus costos para pasar de casi 220 a 69 pesos cada una.
“Hace un año y dos meses que comenzaron a hacerse las pruebas de antígenos en México, las pruebas de antígenos costaban casi 220 pesos por unidad. Fuimos la primera entidad que las compró; de hecho, las compramos antes que cualquier otra entidad federal o subnacional en el país y hemos venido renegociando esos precios. En esta última compra que hicimos el costo al erario son 69 pesos por prueba”, detalló.
Explicó que cada semana se han realizado subastas inversas para negociar el precio de las pruebas con el objetivo de ampliar el número de muestras, por lo que en la penúltima etapa se redujo el precio unitario de 112 a 83 pesos; mientras que en la última subasta se logró reducir a 69 pesos.
Resaltó que las pruebas son cada vez más baratas, pero también forma parte de un ejercicio de transparencia y competitividad del gobierno capitalino en los procesos de asignación de compras, en las cuales siempre se cuida que una determinada cantidad de recursos públicos maximicen el número de pruebas que se aplican a la ciudadanía.