La nueva normalidad de la CDMX incluye la aplicación de pruebas masivas para detectar COVID-19 en espacios de mayor riesgo como clínicas, reclusorios y la Central de Abasto (Ceda).
Este esquema de pruebas será intensivo y ágil para que los resultados se obtengan en un menor tiempo y no esperar semanas para la confirmación. Actualmente la CDMX cuenta con la capacidad de hacer mil pruebas diarias y se pretende incrementarlo.
Además de las pruebas, se harán estudios de casos, seguimiento de contactos y atención en el subsistema de servicios médicos en reclusorios y medicina legal.
Se priorizarán las pruebas a personas con alta probabilidad de contagio que hayan usado el sistema de tamizaje de la CDMX, personas que tuvieron contacto con un caso confirmado y quienes tengan contacto con muchas otras durante su jornada laboral (trabajadores de supermercados, prestadores de servicios esenciales, trabajadores del transporte público, elementos de la SSC).
Asimismo, este plan gradual para la nueva normalidad en la CDMX incluye una estrategia de rastreo de contagios con un grupo de brigadas de la CDMX y un equipo de monitoreo epidemiológico de la Secretaría de Salud (Sedesa), quienes se encargan de realizar visitas en territorio priorizando población vulnerable en las zonas más marginadas como los asentamientos irregulares.
Además, estas brigadas se entrevistarán con los pacientes confirmados que ingresen a los hospitales COVID-19 para obtener la información de contacto de las personas con las que interactuaron desde dos días antes de presentar síntomas.
De igual forma, la Sedesa hará un censo nominal de personas con enfermedades crónicas no transmisibles en donde identificará y dará seguimiento a las personas mayores de 20 años con diabetes, hipertensión arterial, obesidad, y enfermedades cardiovasculares.
“Mientras no haya una nueva vacuna contra el Covid-19 o un medicamento, un grupo de medicamentos que mitigue los casos graves, que evite que lleguemos al nivel de hospitalización que provoca esta pandemia, debemos seguir manteniendo este equilibrio (entre la salud y el bienestar)”, dijo la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.
¿Y lo bares y gimnasios?
Será hasta agosto cuando los gimnasios, bares y antros reanuden sus actividades, de acuerdo al Plan Gradual hacia la Nueva Normalidad en la CDMX.
Este plan gradual precisa que habrá un semáforo epidemiológico diario en la CDMX con cuatro colores: rojo: naranja, amarillo y verde, los cuales definirán la apertura de actividades.
Los bares, gimnasios y antros están en el semáforo verde, es decir, que no se consideran esenciales, por lo que serán las últimas en volver a la “nueva normalidad”, aunque tendrán que conservar las medidas de higiene y sana distancia.
Una vez que estos sitios abran, se promoverá el uso continuo de gel antibacterial, la limpieza y desinfección constante de espacios de uso común, medidas de distanciamiento social y el uso de cubrebocas.
Además, en los gimnasios se reducirá el aforo de acuerdo al espacio para garantizar la sana distancia entre personas en los vestíbulos, duchas, clases grupales y equipos.
De cuerdo al gobierno capitalino, hay 790 gimnasios en donde trabajan 12 mil 430 personas, y se contabilizan mil 32 centros nocturnos en donde trabajan nueve mil 287 empleados.