Durante la pandemia de COVID-19 el consumo de agua embotellada se ha duplicado en el oriente de la Ciudad de México, afectando sobre todo a las familias de escasos recursos.
Delia Montero Contreras, profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) señaló que de acuerdo con un estudio en la alcaldía Iztapalapa una familia gastaba al mes 226 pesos y en tiempos de emergencia sanitaria 546.
Además de que cada persona consume 575 litros por año, es decir, que en todos los casos la ingesta se ha duplicado.
Lo mismo ocurre en Gustavo A. Madero, donde el gasto pasó de 180 a 435 pesos mensuales, lo que se traduce en un dispendio que cambió de 15 % antes del COVID-19 a 36 % e incluso en los grupos de altos ingresos varió de 2.9 a 6.16 %.
“Nadie se toma un minuto para pensar cuánto pagamos en agua, se ha convertido en parte de nuestro consumo habitual como comprar tortillas o frijoles, y en tiempos de contingencia sanitaria este problema todavía es mayor”.
Dichos establecimientos están centrados en aquellas zonas donde hay complicación de abasto del líquido, incluidas Iztapalapa –donde también se registra un mayor número de contagios por COVID-19–.
Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco –con menos infectados– Tláhuac, así como en Valle de Chalco, Ecatepec y Nezahualcóyotl, en el Estado de México.
“El número de contagios en Iztapalapa representa 15 % del total –hasta el pasado 21 de octubre– Gustavo A. Madero, 12 %; Nezahualcóyotl, 15 %; Ecatepec, 12 por ciento, es decir, lugares de mucho conflicto”.
Montero Contreras aseguró que ante la emergencia de salud el Estado mexicano debería entregar vales para la compra de agua, en particular a las familias de menos ingresos.